¡Yo amo la pizza! Eso no suena bien, ¿verdad? Al menos no en español. Esa frase —muy común en inglés— muchas veces demuestra, en nuestra cultura, lo que entendemos por amor. Cuando decimos que amamos algo, por ejemplo unos zapatos o un nuevo teléfono, lo hacemos para decir que queremos poseer esos objetos.

Ese sentido posesivo que la palabra amor tiene en el lenguaje común, no es el amor verdadero. Por el contrario, el amor verdadero no busca el poseer, sino que es la entrega total de uno mismo. El amar a una persona no significa que quiero poseer a esa persona, que la quiero para mí, como si esa persona fuera un objeto del que yo pudiera adueñarme.

El verdadero amor se entrega totalmente. Es un amor como el que Cristo tuvo por su iglesia y lo llevó a entregarse a sí mismo por ella en la cruz... perdonando sin medida… dándose sin reserva... sin pensar en sí mismo… sin usar a la otra persona. El verdadero amor en el lenguaje cristiano dice: «te ofrezco mi vida».

«Señor Dios, tú nos has creado para compartir como pareja este amor que viene de ti. El pecado nos ha herido el corazón con egoísmo, resentimiento, violencia, abuso… hoy te entrego mi vida y la de mi pareja para que con tu gracia podamos vivir lo que significa el verdadero amor».

Estos tres versículos de la palabra de Dios nos enseña lo que es el verdadero amor.

1. Génesis 2:24
   Por eso el hombre deja a su padre y a su madre para unirse a su esposa, y los dos llegan a ser como una sola persona.
2. Juan 13:34
   Les doy este mandamiento nuevo: Que se amen los unos a los otros. Así como yo los amo a ustedes, así deben amarse ustedes los unos a los otros.
3. Efesios 5:2
   Traten a todos con amor, de la misma manera que Cristo nos amó y se entregó por nosotros, como ofrenda y sacrificio de olor agradable a Dios 

Te invito a leer la Palabra de Dios para que, a través de ella, aprendamos a amar como Cristo.

¿Cómo vives tú este amor que nos enseña Jesús? Déjanos tu comentario