Evangelio de hoy: San Lucas 11:46–54

Reflexiona:

Jesús dijo: –…imponen mandamientos muy difíciles de cumplir, pero no hacen ni el más mínimo esfuerzo por cumplirlos.

Piensa:

«Si yo no puedo bajar de peso, ojalá que engorden los demás…» esta frase suena bastante absurda, pero es una actitud que tenemos muy a menudo. Si nos levantamos de mal humor, nos enoja que alguien sonría; si sufrimos una decepción amorosa, nos molesta ver a una pareja feliz… ¿Te ha pasado que la envidia te impide disfrutar el éxito de otros? ¿Te has enfrentado a la situación de ver tus éxitos opacados por la envidia de otros?

Una actitud generosa nos ayuda a vivir más felices, porque no solo disfrutamos nuestros éxitos, sino que nos hace compartir la alegría de otros. No permitas que tu corazón se llene de cosas inútiles que te impidan recibir el amor y la felicidad de nuevas cosas. Para que tu vida no se quede en el pasado, abre las puertas para que salgan las cosas negativas y se haga espacio para nuevas alegrías, nuevas aventuras y nuevas emociones.

Dialoga:

Señor Jesús, muchas veces mi actitud egoísta y mal ejemplo han sido causa de tristeza para otros. Perdón, Dios mío, por no ser un testigo de tu amor. Dame un corazón generoso y haz morada en mi corazón, para que sea un auténtico testigo de tu amor.

Concéntrate:

Repite varias veces durante el día: «Señor que sea un reflejo de tu amor»

Recalculando:

Imagina que tienes ante ti tu vida como un armario, quizá hay cosas muy antiguas e inservibles que ocupan espacio y no te permiten meter cosas nuevas, cosas mejores. ¿Qué cosas vas a sacar? ¿Qué te estorba? Toma por lo menos una.

Texto del Evangelio de hoy: San Lucas 11:46–54

Jesús le dijo:

—¡Qué mal les va a ir a ustedes también! Porque imponen mandamientos muy difíciles de cumplir, pero no hacen ni el más mínimo esfuerzo por cumplirlos.

»¡Qué mal les va a ir a ustedes, que construyen monumentos para recordar a los profetas que sus mismos antepasados mataron! Así ustedes están aprobando lo que hicieron sus antepasados: ellos mataron a los profetas, y ustedes construyen sus monumentos.

»Por eso Dios ha dicho sabiamente acerca de ustedes: “Yo les enviaré profetas y apóstoles, pero ustedes matarán a algunos de ellos, y a otros los perseguirán por todas las ciudades.” Así que ustedes se han hecho culpables de la muerte de todos los profetas del mundo, comenzando por la muerte de Abel y terminando por la muerte del profeta Zacarías, a quien mataron entre el templo y el altar de los sacrificios. Les aseguro que todos ustedes serán castigados por esto.

»¡Qué mal les va a ir a ustedes, los maestros de la Ley! Porque saben muy bien lo que significa conocer a Dios, pero no hacen nada por conocerlo, ni dejan que otros lo conozcan.»

Cuando Jesús salió de esa casa, los maestros de la Ley y los fariseos comenzaron a seguirlo, y a hacerle muchas preguntas, aunque en realidad le estaban poniendo una trampa, para ver si decía algo malo y así poder atraparlo.

Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual  ^® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.