Ser sencillo: Palabra clave del día Lectio Divina 31 de January de 2018 Ricardo Grzona
Ser sencillo: Palabra clave del día
Ser sencillo: Palabra clave del día Lectio Divina 31 de January de 2018 Ricardo Grzona
Blog de la Biblia


Reflexiona:

«Lleven un bastón para el camino, pero no lleven comida ni bolsa ni dinero. Pónganse sandalias, pero no lleven ropa de más.»

Piensa:

Cuando observamos la publicidad que invade nuestro mundo, nuestros espacios, nuestra propia intimidad, podemos creer que todavía estamos muy lejos de la felicidad, pues aún no tenemos todos los productos o sensaciones que nos presentan como buenos. Y no es que las cosas que nos presentan no sean buenas. Pero debemos estar alerta, en que la felicidad no está en esas cosas. Unas vacaciones son buenas, sí. Visitar otros países y culturas es bueno, sí. Vestirse bien y tener una buena vivienda y transportes son buenos, sí. Pero tal como vemos en el Evangelio de hoy, Jesús nos advierte dónde está la verdadera felicidad.

Cuando Jesús envía a anunciar las buenas noticias, que es ya un producto de la felicidad plena, pidió que fuera de la manera más sencilla. Porque lo más importante no es el envase, sino el contenido. La sencillez que pide el Señor es para darle a la propuesta del evangelio la nota más importante. Ansiar la felicidad es el anhelo más profundo que nos dio Dios al hacernos a su imagen y semejanza. Por esa razón nuestro deseo de alegría perfecta debe llevarnos a desear una vida de sencillez, sin tantas cosas que nos puedan opacar el verdadero mensaje del que somos portadores.

No dejes que las cosas de este mundo te obnubilen. Dales el lugar correcto en tu vida. Y aprende a ser sencillo. Jesús dijo que Juan el Bautista había sido el más importante de todos los hombres y él no poseía nada.

Dialoga:

Señor Jesús, tú sabes que estoy en búsqueda de la felicidad. Me siento frustrado cuando en verdad no encuentro esa felicidad profunda. Hoy quiero poner en tus manos todo lo soy y todo lo que tengo, porque tú me lo diste y a ti, Señor, te lo entrego. Permíteme saber usar las cosas tanto, cuanto me ayuden a llegar ti, a ser un buen cristiano y un modelo de seguimiento a la felicidad verdadera.

Concéntrate:

Repite varias veces durante el día: «Señor, aquí te entrego mi vida, hazme sencillo de corazón»

Recalculando:

Ser sencillo en extremo puede ser también una forma de soberbia. Por lo que te invitamos a que busques entre tus cosas, aquellas que más te llaman la atención y puedas compartir con alguien que verdaderamente lo necesita. Hacer una obra de caridad no significa sacar las cosas que me sobran. Verás tu crecimiento interior cuando puedas desprenderte de algo que quieres mucho y eso te hará bien. Busca a alguien concreto que necesite tu apoyo y algo de tu parte.

Texto del Evangelio de hoy: San Marcos 6:1-16

De allí Jesús se fue a Nazaret, que era su propio pueblo, y sus discípulos lo acompañaron.

Cuando llegó el sábado, Jesús empezó a enseñar en la sinagoga. Los que estaban presentes lo escucharon y se preguntaron admirados:

—¿Dónde aprendió éste tantas cosas? ¿De dónde ha sacado tantos conocimientos? ¿De dónde saca el poder para hacer los milagros que hace? ¿Acaso no es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿Y no es verdad que sus hermanas viven en este mismo pueblo?

Y se quedaron confundidos y contrariados. Por eso, Jesús les dijo:

—Al profeta se le reconoce y se le acepta en todas partes, menos en su propio pueblo, en su propia familia y en su propia casa.

Y poniendo las manos sobre los enfermos, Jesús sanó a algunos de ellos; pero no pudo hacer ningún otro milagro, pues se sorprendió mucho de que aquella gente no creyera en él.

Jesús iba por todos los pueblos cercanos enseñando las buenas noticias. Reunió a los doce apóstoles y los envió de dos en dos. Les dio poder para expulsar de la gente a los espíritus malos, y también les ordenó:

«Lleven un bastón para el camino, pero no lleven comida ni bolsa ni dinero. Pónganse sandalias, pero no lleven ropa de más. Cuando entren en un pueblo, quédense en una sola casa hasta que salgan de ese pueblo. Si en algún lugar no quieren recibirlos ni escucharlos, váyanse de allí y sacúdanse el polvo de los pies. Eso le servirá de advertencia a esa gente.»

Los discípulos partieron de allí y comenzaron a decirle a la gente que dejara de pecar y se volviera a Dios. También expulsaron muchos demonios y sanaron a muchos enfermos frotándoles aceite de oliva.

Jesús era tan conocido que hasta el rey Herodes Antipas oyó hablar de él. Algunos decían que Jesús era Juan el Bautista, que había vuelto a vivir y hacía muchos milagros. Otros decían que era el profeta Elías, o alguno de los profetas que habían vivido hacía mucho tiempo.

Cuando el rey Herodes oyó hablar de Jesús, estaba seguro de que se trataba de Juan, y decía: «Jesús es Juan. Yo mismo ordené que le cortaran la cabeza, pero ha resucitado.»

Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual  ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.

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Ricardo Grzona
Ricardo Grzona

Hermano Ricardo es argentino, y radica actualmente en Miami, Florida. Es experto en Lectio Divina y presidente ejecutivo de la Fundación Ramón Pané, que trabaja en la «Nueva Evangelización» por los diversos medios de tecnología. Junto con un pequeño grupo de jóvenes entre 25 y 32 años de edad, Ricardo prepara las aportaciones diarias para el Lectio Divina.

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