Pellizcas cada centavo. Se siente como si estuvieras incluso pellizcando medio penique.
Antes del día de pago piensas en todo el dinero extra que finalmente tendrás para pagar las cuentas e invertir en tu cuenta de ahorros.
Pero parece que en el momento en que el dinero llega a tu cuenta, desaparece sin dejar rastro.
A veces, estás convencido de que debe haber algún error en el sistema. Un cero extra añadido a un retiro. Un pago de factura deducido accidentalmente dos veces. Pero estudias tu estado de cuenta, haces los cálculos y aún te quedas corto.
Y ahí es cuando tu mente comienza a tambalearse. Entras en pánico, preocupado por si alguna vez saldrás del agujero negro de la deuda.
Cuando parece que tus finanzas están fuera de control, cuando sientes que no hay manera de encontrar una sensación de paz, puedes recurrir al consuelo de las Escrituras. La Palabra de Dios nos dice que el Señor cuidará de nuestras necesidades. Dice que, incluso cuando parece que Dios no ve nuestras cargas, siente nuestros dolores de cabeza. Él entiende íntimamente nuestras ansiedades y preocupaciones. Y él quiere que le llevemos esas preocupaciones.
Si te sientes abrumado por los asuntos de dinero hoy, ora conmigo usando estos cinco versículos:
Señor, me siento estresado por el dinero en este momento. Es difícil para mí ver tu bondad cuando mi cuenta bancaria está casi en cero, a pesar de mi cuidadosa planificación. Ayúdame a ver que eres por mí, incluso cuando la vida es difícil.
Señor, los que te conocen, confían en ti,
pues nunca abandonas a quienes te buscan. — Salmos 9:11
Lléname con tu paz que reemplaza todo pensamiento racional.
No se aflijan por nada, sino preséntenselo todo a Dios en oración; pídanle, y denle gracias también. Así Dios les dará su paz, que es más grande de lo que el hombre puede entender; y esta paz cuidará sus corazones y sus pensamientos por medio de Cristo Jesús. — Filipenses 4:6-7
Muéstrame cómo orar por tu voluntad en mi vida, incluso durante este tiempo difícil.
Tenemos confianza en Dios, porque sabemos que si le pedimos algo conforme a su voluntad, él nos oye. Y así como sabemos que Dios oye nuestras oraciones, también sabemos que ya tenemos lo que le hemos pedido. — 1 Juan 5:14-15
Ayúdame a cambiar mi ansiedad por tu paz, y hasta por tu alegría.
Dejen todas sus preocupaciones a Dios, porque él se interesa por ustedes. — 1 Pedro 5:7
Dios, confío en ti. Sé que trabajas todas las cosas para mi bien. Ayúdame a aferrarme a la verdad de tu amor y bondad. Amén.
Mis labios se alegrarán al cantarte,
lo mismo que todo mi ser, que tú has salvado. — Salmos 71:23
Originalmente publicado en inglés en el Bible Blog de American Bible Society el 15 de noviembre de 2018.
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