San Benedicto de Nursia
Mientras escribo estas líneas, muchos de los cristianos en el mundo están recordando la vida de Benedicto de Nursia un monje que vivió hace más de 1.400 años en Monte Casino, Italia. Por su gran ejemplo y influencia en un tiempo muy difícil en la historia del continente de Europa es considerado el santo patrón de toda Europa. Se ha dicho que Benedicto tenía un impacto grande sobre el desarrollo de la civilización y cultura europea que ayudó al continente salir de la «noche oscura de la historia» después de la caída del Imperio Romano.
En 2017, Rod Dreher escribió un libro llamado «La opción de Benedicto». En su libro sugiere que podemos rescatar nuestra civilización y cultura de las influencias que las han llevado lejos de Dios y su plan para la humanidad. Sin entrar en los particulares, me gustaría volver a Benedicto y ver lo que nos puede decir en cuanto al lugar de la Biblia, las Sagradas Escrituras, en nuestra vida en este tiempo.
Benedicto y la Biblia
Benedicto conocía las Escrituras a fondo. Las copiosas referencias con citas implícitas y explícitas demuestran su familiaridad con la Palabra de Dios. Tenía memorizados todos los salmos —¡hay 150 de ellos! Los salmos desempeñaban un papel muy importante en su vida devocional y en la de su comunidad.
Para Benedicto la Biblia no era simplemente un libro de referencia o un objeto de estudio. Siempre buscaba un mensaje de Dios para el presente, para su propia vida, un llamado de Dios escuchado aquí y ahora. Hay que recordar que Benedicto y sus contemporáneos no tenían la ventaja que es nuestra de poder leer la Biblia de tantas maneras y formatos. Sin embargo, el valor y el compromiso pueden ser nuestros.
Una postura benedictina hacia la Biblia
El profeta Samuel tenía un lugar especial en la práctica de Benedicto. ¿Recuerda esta conversación en 1 Samuel 3:10?
Después llegó el Señor, se detuvo y lo llamó igual que antes:
–¡Samuel! ¡Samuel!
–Habla, que tu siervo escucha –contestó Samuel.
La práctica de detenerse ante Dios en su Palabra todos los días guió a Benedicto y muchos otros desde aquel entonces para poder escuchar el mensaje de Dios aquí y ahora. Esta práctica se llama Lectio divina, y puedes aprender más de ella aquí. Este artículo está escrita en inglés, pero también puedes encontrar más información aquí y aquí.
Capacitados con la palabra de Dios, nosotros al igual que Benedicto, podemos esforzarnos diariamente para ponerlo a trabajar en nuestras vidas. Confiaremos en su poder y en la fortaleza de Dios para apoyarnos. Avanzaremos hacia la luz que ya amanece en el horizonte.
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