Reflexiona:

Jesús dijo: «…Mis palabras permanecerán para siempre».

Piensa:

Cada día los medios de comunicación y redes sociales nos tratan de crear una imagen sobre «lo que es importante»: el teléfono más nuevo, la ropa de moda, el auto del año, pero ¿qué tiene todo esto en común? Son cosas efímeras. En unos meses saldrá un nuevo modelo de teléfono, llegará una nueva línea de ropa, saldrá un nuevo auto. Las cosas materiales pasan de moda y dejan de ser vigentes. Por eso debemos cuidarnos de no poner nuestra confianza en las cosas materiales, sino en aquellas que perduran.

Cuando leemos la Palabra de Dios nos damos cuenta de que lo que interesa más no son las cosas materiales, sino el tiempo en que se vive y la manera en que nos relacionamos con los demás. A través de este cristal, miremos al futuro real y busquemos las cosas que dejan huella en nuestras vidas. Aprovecha cada minuto para hacer algo bueno por los demás. Al final te recordarán por lo que haces, no por las cosas que usas.

Dialoga:

Señor Jesús, dame la gracia de saber permanecer firme a tu voluntad, aun cuando el mundo trate de confundirme con cosas que parecen brillar y son efímeras. Ayúdame a mantener siempre en mi mente tus palabras, porque son eternas. Dame la gracia de saber aprovechar cada momento de mi vida para actuar conforme a tu voluntad.

Concéntrate:

Repite varias veces durante el día: «Aprovechar cada momento para hacer el bien»

Recalculando:

El tiempo es algo que no podemos manipular. Todo sigue su rumbo. Por eso hoy te invitamos a no perder el tiempo y evaluar aquellas cosas en tu vida que deben cambiar para hacer un mejor uso de tu tiempo. Es un ejercicio muy personal y tú eres el único responsable de saber si lo estás cumpliendo. Comienza hoy mismo.

Texto del Evangelio de hoy: San Lucas 21:29-33

Jesús también les puso este ejemplo:
«Aprendan la enseñanza que les da la higuera, o cualquier otro árbol. Cuando a un árbol le salen hojas nuevas, ustedes saben que ya se acerca el verano. Del mismo modo, cuando vean que sucede todo lo que yo les he dicho, sepan que el reino de Dios pronto comenzará. Les aseguro que todo esto sucederá antes de que mueran algunos de los que ahora están vivos. El cielo y la tierra dejarán de existir, pero mis palabras permanecerán para siempre.»

Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual  ^® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.