Reflexiona:
Jesús les dijo: «Dios me ha enviado a anunciar a todos las buenas noticias de su reino. Por eso debo ir a otros poblados».
Piensa:
«La vida es corta», esta frase generalmente se usa para justificar malas decisiones o una vida desenfrenada, con el pretexto de que «hay que vivir», pero se nos olvida que no se trata de vivir muchas cosas, sino de vivir las mejores. ¿Qué cosa positiva podría dejar a tu vida probar sustancias que ponen en peligro tu salud, tu integridad o tu vida? ¿Qué podría tener de positivo salir con esas malas amistades que no están dejando nada de provecho en tu vida?
Hoy Jesús nos da un ejemplo de que también se puede vivir bajo la premisa de que el tiempo es corto, pero no para andar experimentando cosas raras, sino para aprovechar cada minuto de nuestra existencia para hacer algo positivo. Imagina lo ajetreado que era su día a día, siempre al servicio de los demás, siempre dispuesto a ayudar, y aunque podría sentirse físicamente cansado, el sabía que su tiempo era corto y por eso quería hacer la mayor cantidad de bien posible, antes de partir de este mundo.
Y también es interesante observar la actitud de la suegra de Pedro, al levantarse de su enfermedad no se quedó solo «emocionada» por el milagro, sino que se puso al servicio de quienes estaban en la casa. Ella es un ejemplo de cómo debemos reaccionar nosotros cada día al despertar, pensar que cada día que tenemos la oportunidad de abrir los ojos es una nueva oportunidad para hacer algo por las personas que están a nuestro alrededor.
Hoy el Evangelio nos invita a hacer un examen de conciencia y pensar ¿qué tan dispuestos estamos para ayudar a otros? ¿Cuánto de nuestro tiempo usamos para hacer algo por lo demás?
Dialoga:
Señor Jesús, gracias por cada momento que me has permitido vivir, los lugares y personas que me has permitido conocer; te pido perdón si no he sabido aprovechar mi tiempo para servir a los demás y poner mi granito de arena para construir un mundo mejor. Te pido que me ayudes a vencer el egoísmo, el miedo y la inseguridad para estar siempre listo para actuar cuándo alguien me necesite, que no vacile en prestar mi ayuda.
Concéntrate:
Repite varias veces durante el día: «Señor, que siempre esté listo para ayudar»
Recalculando:
Muchas veces la zona de confort donde nos movemos nos estanca y quedamos quietos, por eso, hoy para recalcular tu vida toma decisión de ir a realizar una obra en beneficio de otras personas. Puede ser un voluntariado social, puede ser unirte a algún grupo evangelizador, puedes ir por un tiempo breve, y luego evalúa cómo te sientes.
Texto del Evangelio de hoy: San Lucas 4:38-44
Jesús salió de la sinagoga y fue a la casa de Simón.
Cuando entró en la casa, le contaron que la suegra de Simón estaba enferma, y que tenía mucha fiebre. Jesús fue a verla, y ordenó que la fiebre se le quitara. La fiebre se le quitó, y la suegra de Simón se levantó y les dio de comer a los que estaban en la casa.
Al anochecer, la gente le llevó a Jesús muchas personas con diferentes enfermedades. Jesús puso sus manos sobre los enfermos, y los sanó. Los demonios que salían de la gente gritaban:
—¡Tú eres el Hijo de Dios!
Pero Jesús reprendía a los demonios y no los dejaba hablar, porque ellos sabían que él era el Mesías.
Al amanecer, Jesús salió de la ciudad y fue a un lugar solitario. Sin embargo, la gente lo buscaba y le pedía que no se fuera del pueblo. Pero Jesús les dijo: «Dios me ha enviado a anunciar a todos las buenas noticias de su reino. Por eso debo ir a otros poblados.»
Entonces Jesús fue a las sinagogas de todo el país, y allí anunciaba las buenas noticias.
Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.
Leer más posts sobre: Lectio Divina
Gracias al apoyo fiel de nuestros socios financieros, American Bible Society ha ayudado a las personas a interactuar con el mensaje transformador de la Palabra de Dios por más de 200 años.
Ayúdanos a compartir la Palabra de Dios con los más necesitados
Haz Tu Donación AhoraSubscríbete
Quiero recibir consejos, materiales y recursos bíblicos.