Reflexiona:
—Ella, que es tan pobre, dio todo lo que tenía para vivir.
Piensa:
Cuando sucede algún desastre natural es común que se solicite apoyo para las personas damnificadas, y durante estos periodos nos encontramos con gente que de manera desinteresada hace llegar su ayuda, pero también hay personas que comentan que no ayudan porque «no les alcanza», porque «no tienen extra», porque no les «sobra tiempo», se tiene la idea de que para ayudar necesitas tener cosas «de más», damos lo que «no nos hace falta», lo que «nos sobra».
Hoy el Evangelio nos recuerda que no es necesario tener cosas de sobra para ser generosos, la generosidad no se limita por nuestras propias necesidades, sino que pone en primer lugar a quien está frente a nosotros y necesita de nuestra ayuda.
En la actualidad es muy común la filantropía, pero muchas veces esta se ve empañada por la vanidad y por el deseo de figurar ante los demás. Realmente la palabra «filantropía» proviene del griego y significa «amor a la humanidad», así que es muy fácil darnos cuenta de que no es exclusivo de personas adineradas, sino que debiera ser una actitud generalizada.
Un viejo proverbio dice que: «no hay nadie tan pobre que no tenga nada que dar, ni nadie tan rico que no necesite de los demás», y esto nos lleva a reflexionar sobre la actitud de la mujer del Evangelio, era una mujer pobre, pero aun en medio de su pobreza se desprende de lo que tiene para dar su ofrenda al templo.
Cuánto tenemos que aprender de esta mujer, que no ayuda porque le sobre, o porque no le hace falta, sino porque quiere ayudar, porque quiere contribuir a algo más grande. Y así nosotros deberíamos reflexionar ¿qué cosas necesita mi comunidad? ¿Qué carencias hay en mi familia? ¿Qué puedo aportar para aliviar la pena de las personas que están a mi alrededor?
Dialoga:
Señor Jesús, todo cuanto tengo viene de ti y siempre estás pendiente de mis necesidades, ayúdame a ser más generoso para compartir lo que de tu misericordia he recibido. Pongo en tus manos mis necesidades, para estar más atento a las necesidades de mis hermanos.
Concéntrate:
Repite varias veces durante el día: «Señor, que no me canse de ayudar»
Recalculando:
Es posible que tú tengas algo que tiene un valor que supera el valor económico, porque tiene un valor sentimental. Y posiblemente lo guardas por eso. Pero puede haber otra persona que sí lo necesita de verdad. Puede ser una prenda de vestir o una ropa. Algo que en verdad signifique para ti un desprendimiento. Esa persona que necesita de tu ayuda valorará tu gesto de desprendimiento. Hazlo sin demora. Verás que finalmente hay más alegría en dar que en recibir. Tu vida cristiana se afirma y tú te sientes más seguro.
Texto del Evangelio de hoy: San Lucas 21:1-4
Jesús estaba en el templo, y vio cómo algunos ricos ponían dinero en las cajas de las ofrendas. También vio a una viuda que echó dos moneditas de muy poco valor. Entonces Jesús dijo a sus discípulos:
—Les aseguro que esta viuda pobre dio más que todos los ricos. Porque todos ellos dieron de lo que les sobraba; pero ella, que es tan pobre, dio todo lo que tenía para vivir.
Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.
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