Cansancio emocional ¿Vale la pena pasar por tantos sacrificios? 22 de November de 2018 Ricardo Grzona
Cansancio emocional
Cansancio emocional ¿Vale la pena pasar por tantos sacrificios? 22 de November de 2018 Ricardo Grzona
Blog de la Biblia

Reflexiona:

«¡Cómo me gustaría que hoy ustedes pudieran entender lo que significa vivir en paz!»

Piensa:

En mis años como profesor recuerdo que había contenidos que eran especialmente complicados para algunos alumnos, y no porque fueran difíciles de interés sino por la falta de interés que demostraban en la materia; y llegaban momentos de tal cansancio emocional que se me sentía muy tentado a darme por vencido y simplemente dejar de intentar.

Y esto muchas veces nos ocurre en la vida espiritual, todos tenemos momentos en los que nos invade la incertidumbre pensado «¿tiene sentido todo este esfuerzo?» «¿Vale la pena pasar por tantos sacrificios?»

Hoy vemos a un Jesús al borde de la tristeza, se siente desmotivado emocionalmente, lleva ya un tiempo predicando, anunciando el reino de Dios, haciendo milagros… y la gente aún continúa incrédula, incluso los más cercanos a él aun no terminan de entender la maravilla del momento que están viviendo. Jesús llora por Jerusalén, el pueblo elegido, aquel que Dios escogió para hacer su alianza y hacerlo «su pueblo», se ha convertido en un pueblo egoísta y ciego, con un corazón duro y oídos sordos que no escucha la palabra que viene a ellos.

Pero esa realidad de Jerusalén, bien podría ser nuestra propia descripción, ¿no crees? ¿Cuántas veces Jesús se nos ha presentado, ha venido a nosotros y no hemos sabido reconocerle? ¿Cuántas veces nos ha invitado a seguirle como aquel joven rico, y hemos preferido darle la espalda? ¿Cuántas veces hemos estado en su presencia, pero nos dedicamos a criticar las faltas de los demás en lugar de disfrutar de su compañía?

Sí, Jesús está triste, y no solo por Jerusalén, sino por cada uno de nosotros que aún seguimos encerrados en nuestro egoísmo y nuestro desinterés. Está triste porque sabe que mientras nos aferremos a esos sentimientos no conseguiremos la paz, y no porque él nos la niegue, sino porque nosotros mismos no abrimos las puertas para recibirla.

Hoy Jesús llora por Jerusalén, pero también llora por ti y por mi, así que hagamos el propósito de hoy no ser el motivo de las lágrimas de Jesús. Vamos a abrir el corazón para escucharle y a poner en práctica su mandato —el de la caridad con todos,— pidiéndole que perdone nuestras infidelidades y nos dé a conocer «su mensaje de paz».

Dialoga:

Señor Jesús, ayúdame a abrir el corazón, fortalece mi amor y hazme generoso para dedicarme a mi misión con más fervor, de tal modo que no se apague en mi la llama del discipulado y que esté dispuesto cada día para llevar tu mensaje de paz a mis hermanos.

Concéntrate:

Repite varias veces durante el día: «Señor, ayúdame a abrir mi corazón a tu paz»

Recalculando:

Piensa en esos momentos en que has tenido desánimo, tristeza, melancolía. Hoy te invito que tu acción sea para contigo mismo. En un momento de silencio en el día, entrégale a Jesús estos momentos más tristes. Ahora escúchalo, él te habla, te recuerda que está contigo. Si te parece oportuno también acércate a otra persona que está viviendo en tristezas. Y en nombre del Señor consuélala. Así también podrás ganar tú una vida con mayor sentido.

Texto del Evangelio de hoy: San Lucas 19:41-44

Cuando Jesús estuvo cerca de Jerusalén y vio la ciudad, lloró y dijo:

«¡Habitantes de Jerusalén! ¡Cómo me gustaría que hoy ustedes pudieran entender lo que significa vivir en paz! Pero no, ustedes son incapaces de comprenderlo. Llegará el momento en que sus enemigos vendrán, y harán rampas alrededor de la ciudad para atacarla por todos lados. La destruirán por completo, y no dejarán en pie una sola pared. Todos ustedes morirán, y sufrirán todo esto, porque no quisieron reconocer que Dios me envió a salvarlos.»

Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual  ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.

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Ricardo Grzona
Ricardo Grzona

Hermano Ricardo es argentino, y radica actualmente en Miami, Florida. Es experto en Lectio Divina y presidente ejecutivo de la Fundación Ramón Pané, que trabaja en la «Nueva Evangelización» por los diversos medios de tecnología. Junto con un pequeño grupo de jóvenes entre 25 y 32 años de edad, Ricardo prepara las aportaciones diarias para el Lectio Divina.

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