Reflexiona:

Los apóstoles le dijeron al Señor: —Haz que confiemos más en el poder de Dios.

Piensa:

Un sabio reunió a sus discípulos un día y le dijo: «Tengo una tarea para ustedes. Ven esa roca de ahí, quiero que todos los días la empujen lo más fuerte que puedan durante tres horas».

Los jóvenes un poco extrañados, pero ávidos de complacer a su maestro empezaron la tarea, y todos los días dedicaban tres horas a empujar la roca. Era una roca grande y después de una semana se sentían un poco cansados y frustrados porque no lograban moverla. Empezaron a comentar entre ellos que la tarea que les habían impuesto era imposible. Pero continuaron.

Después de varias semanas decidieron ir con su maestro, y le dijeron: «Maestro, fracasamos. Hemos pasado semanas empujando la roca tal como nos pediste, pero no se ha movido ni un centímetro».

El sabio los miró y les dijo: «Yo les pedí, que empujaran la roca. No les dije que debía moverse. Esta tarea es una prueba de compromiso y confianza en mis instrucciones. ¿No se han dado cuenta que el esfuerzo diario los ha hecho más fuertes? ¿Miren sus brazos y piernas, son más musculosos? Su esfuerzo ha rendido frutos».

Muchas veces en la vida nos llegan momentos en que sentimos que lo que hacemos no tiene sentido, creemos que Dios nos ha puesto tareas imposibles de realizar o incluso que se ha olvidado de nosotros, pero debemos tener fe; debemos confiar en su palabra y seguir cumpliendo con la misión que nos ha encomendado, no tratemos de usar nuestro intelecto para descifrar sus intenciones, solo tenemos que empujar.

Cuando sientas que tus buenas obras no dan ningún fruto, no te preocupes, solo empuja. Cuando te critiquen por no dejarte contagiar por el egoísmo de la sociedad, solo continúa empujando. Si te sientes cansado de levantarte todos los días para ser una buena persona y parece que no avanzas en la vida, no te preocupes, solo empuja.

No te desanimes, tu esfuerzo será recompensado, solo debes tener fe en que vale la pena cumplir con la tarea que te fue encomendada.

Dialoga:

Señor Jesús, hoy, quiero unirme al clamor de tus discípulos y pedirte que aumentes mi confianza en Dios. Fortalece mi fe, para no desfallecer por el cansancio de luchar contracorriente. No dejes que la llama de la fe se apague en mi corazón, infunde nuevas fuerzas para seguir empujando hacia adelante, aunque parezca que nada cambia.

Concéntrate:

Repite varias veces durante el día: «Señor, ayúdame a confiar en tu voluntad»

Recalculando:

Mucha gente pierde con facilidad su confianza en el Señor. Para recalcular tu ruta cristiana, busca entre tus conocidos, a una persona que sabes que está pasando por un momento difícil, sobre todo en la fe. ¿Quieres hacerte más fuerte en tu confianza con el Señor y que tu fe sea cada día más definida? Seguro que sí, entonces ayuda tú a esta persona. Verás que con el tiempo, el que comienza a creer con mayor énfasis eres tú mismo.

Texto del Evangelio de hoy: San Lucas 17:1-6

Jesús les dijo a sus discípulos:

«Muchas cosas en el mundo hacen que la gente desobedezca a Dios. Y eso siempre será así. Pero ¡qué mal le irá a quien haga que otro desobedezca a Dios! Si alguien hace que uno de estos pequeños seguidores míos desobedezca a Dios, recibirá un castigo peor que si le amarraran al cuello una piedra enorme y lo tiraran al fondo del mar. Así que, ¡tengan cuidado con lo que hacen!

»Si tu amigo te hace algo malo, llámale la atención. Si te pide perdón, perdónalo. No importa si en un solo día te hace muchas maldades; si él te pide perdón, perdónalo.»

Los apóstoles le dijeron al Señor:

—Haz que confiemos más en el poder de Dios.

El Señor Jesús les dijo:

—Si la confianza de ustedes fuera tan pequeña como una semilla de mostaza, podrían decirle a este árbol: “Levántate de aquí y plántate en el mar”, y el árbol les obedecería.

Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual  ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.