Evangelio de hoy: San Lucas 19:1-10
Reflexiona:
Jesús dijo: «Zaqueo, bájate ahora mismo, porque quiero hospedarme en tu casa.»
Piensa:
En varias oportunidades adquirimos algunos bienes, juntamos demasiadas cosas, pensando, tal vez, en un futuro que no podemos asegurar. Esas actitudes van creciendo en nuestra vida y nuestros valores importantes van trasladando de lugar. Por estar tan pendientes de nuestra agitada vida, dejamos de lado lo que era fundamental. Lo que aprendimos desde la infancia, ahora lo vemos desvalorado. Buscamos una salida a nuestras preguntas sobre la dirección de nuestras acciones, y no siempre la encontramos. Así hay tantos otros más.
Jesús, en este pasaje nos muestra que hay cosas más importantes que parece que dejamos de lado, como le pasó a Zaqueo, que, en vez de ser fiel a sus principios, se desvió. Toma un momento en tu vida y revisa en tu interior la dirección de tu vida y de tus acciones. Permítele a Jesús entrar en tu vida, para darle un nuevo sentido. Tal vez debas desprenderte de muchas cosas, pero tu alegría está garantizada.
Dialoga:
Señor Jesús, en estos momentos en que reviso la dirección de mi vida, me doy cuenta de que, por acumular cosas, estudios, con el afán de superarme, también te dejé un poco de lado. Quiero hoy pedirte que, por favor, vengas a mi vida, a estas partes de mi ser de donde yo te he sacado. Sé que debo ajustar muchas cosas, pero tú puedes ayudarme. Quisiera entender que la salvación que me ofreces me quitará muchas angustias y me dará una gran alegría.
Concéntrate:
Repite varias veces durante el día: «Señor: que siempre te reciba con alegría»
Recalculando:
La alegría va unida a recibir a Jesús que nos trae la salvación. Pero para que entre Jesús deberían salir algunas actitudes o situaciones en las que nos vemos envueltos cotidianamente. Te invitamos a que hagas una propuesta de revisar al menos una actitud en la que crees que por estar aferrado te trae seguridad, y no es así. Busca llevar adelante una acción que comprometa tu seguridad y analiza después cómo, con este cambio de actitud, creces en la alegría.
Texto del Evangelio de hoy:
Jesús entró en Jericó. Allí vivía Zaqueo, un hombre muy rico que era jefe de los cobradores de impuestos. Zaqueo salió a la calle para conocer a Jesús, pero no podía verlo, pues era muy bajito y había mucha gente delante de él. Entonces corrió a un lugar por donde Jesús tenía que pasar y, para poder verlo, se subió a un árbol de higos.
Cuando Jesús pasó por allí, miró hacia arriba y le dijo: «Zaqueo, bájate ahora mismo, porque quiero hospedarme en tu casa.»
Zaqueo bajó enseguida, y con mucha alegría recibió en su casa a Jesús.
Cuando la gente vio lo que había pasado, empezó a criticar a Jesús y a decir: «¿Cómo se le ocurre ir a la casa de ese hombre tan malo?»
Después de la comida, Zaqueo se levantó y le dijo a Jesús:
—Señor, voy a dar a los pobres la mitad de todo lo que tengo. Y si he robado algo, devolveré cuatro veces esa cantidad.
Jesús le respondió:
—Desde hoy, tú y tu familia son salvos, pues eres un verdadero descendiente de Abraham. Yo, el Hijo del hombre, he venido para buscar y salvar a los que viven alejados de Dios.
Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.
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