Reflexiona:
«Nosotros y los fariseos ayunamos mucho. ¿Por qué tus discípulos no hacen lo mismo?»
Piensa:
En días pasados comentábamos sobre la «burocracia» en la que muchas veces cae nuestra vida espiritual (martes 6 de febrero). A veces nos preocupamos solo por cumplir las normas de manera mecánica sin que tengan un verdadero sentido hacia nuestro interior.
Ahora que iniciamos el tiempo de cuaresma vale la pena hablar sobre el ayuno, muchos nos fijamos únicamente en este tiempo de cuidarnos de comer carne los viernes, en cambio lo sustituimos por pescados o mariscos—que muchas veces son más caros y no representan un verdadero sacrificio—y nos olvidamos del verdadero sentido del ayuno.
Ayunar no significa evitar el alimento. Recordemos que Jesús nos dice que no es lo que comemos lo que nos hace impuros (miércoles 7 de febrero). Ayunar es un acto que nos debe llevar a practicar el control de nuestros impulsos, una forma de saber gobernar nuestros deseos para desapegarnos de lo terrenal y vivir una vida más espiritual. No debería ser solo un día a la semana durante la cuaresma, sino una práctica constante de nuestra vida cristiana.
De muy poco sirve abstenernos de comer carne los viernes si no existe una verdadera conciencia de hacer un sacrificio por amor a Dios y como un acto de preparación para acompañarlo en su camino de la cruz. Hoy Jesús nos invita a no quedarnos solo en el ayuno físico sino a buscar en nuestro interior aquello que en verdad puede representar un sacrificio, ayunar de nuestro mal carácter y esforzarnos por ser más amables, ayunar de nuestra pereza y ser más diligentes, ayunar es también ordenar nuestros impulsos sexuales y llevar una vida más casta por amor a Dios. Eso es lo que en realidad nos exige Jesús. Ese tipo de ayuno es el que nos ayudará a liberar nuestra mente y nuestro corazón para poder vivir el misterio de la pasión y después la alegría de la resurrección.
Dialoga:
Señor Jesús, tú te entregaste por mí hasta morir en la cruz para salvarme. Hoy quiero corresponderte, quiero ayunar más de mí mismo y de mi egoísmo. Ayúdame a ser más generoso para poder encontrarme contigo a través de la entrega al servicio de mis hermanos.
Concéntrate:
Repite varias veces durante el día: «Ayunar de mí mismo»
Recalculando:
La invitación de este día es a ofrecer una acción para practicar el ayuno espiritual ¿Qué es aquello que puedes ofrecer hoy, como una forma de practicar la mesura y el sacrificio por Dios?
Texto del Evangelio de hoy: San Mateo 9:14-15
Los discípulos de Juan el Bautista fueron a ver a Jesús y le preguntaron:
—Nosotros y los fariseos ayunamos mucho. ¿Por qué tus discípulos no hacen lo mismo?
Jesús les respondió:
—En una boda, los invitados no están tristes mientras el novio está con ellos. Pero llegará el momento en que se lleven al novio. Entonces los invitados ayunarán.
Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.
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