Reflexiona:
«Mirarán al que atravesaron con una lanza».
Piensa:
Hace unos meses durante el viacrucis de la ciudad de Monclova en México, un niño con Síndrome de Down acompañó al intérprete del papel de Jesús durante el camino y lo consolaba y defendía de los «soldados» que lo maltrataban. El video se hizo viral rápidamente y debo confesar que al escribir estas líneas y verlo de nuevo no puedo contener las lágrimas.
Qué diferente sería el mundo si todos tuviéramos la grandeza de espíritu que da un corazón humilde; cuántos pasajes negros de nuestra historia no existirían si dejáramos de mirarnos unos a otros como si estuviéramos en una eterna competencia por quién es más importante; cuánto sufrimiento nos ahorraríamos si tuviéramos la capacidad de amar y amarnos sinceramente.
Todos nos admiramos ante los actos de bondad, las notas de los diarios que hablan de héroes, los videos virales que muestran actos de bondad, pero ¿Cuántos de nosotros estamos dispuestos para imitarlos? Casi siempre pensamos «alguien debería hacer algo para remediar esto o aquello», pero ¿te has preguntado si ese «alguien» eres tú?
Hoy que celebramos el Sagrado Corazón de Jesús es bueno tomarnos un momento para meditar sobre su gran amor, agradecerle su sacrificio y su infinita misericordia; pero es más importante aún, poner manos a la obra para imitarlo en el servicio a mis hermanos, empezando por nuestra familia, nuestros vecinos, nuestros compañeros del colegio.
El Evangelio de hoy es un recordatorio del infinito amor de Dios hacia nosotros, ¿Qué estás dispuesto a hacer para corresponder a ese amor? ¿Cuáles son las situaciones en tu entorno que necesitan de tu intervención? ¿Cómo puedes ayudar a las personas que te rodean para que experimenten y conozcan el amor de Dios?
Dialoga:
Sagrado Corazón de Jesús, concédeme la gracia de saber amar como tú nos amas, de saber servir a mis hermanos a cada paso, dame la humildad para saber reconocer mis limitaciones y el valor para afrontarlas a tu lado, venciendo los miedos y esforzándome por hacer de mi entorno un lugar en el que se sienta tu amor a través de mi.
Concéntrate:
Repite varias veces durante el día: «Sagrado Corazón de Jesús, en ti confío»
Recalculando:
Estoy seguro de que todas las imágenes de tu persona ayudando a alguien para imitar de alguna manera a Jesús que nos ama tanto, puede desarrollar en ti un deseo de ayudar a alguien en nombre de Jesús. No dejes que quede sólo en deseo. Aunque sea una acción mínima en favor de alguien, realízala. Esa pequeña acción puede ser motivadora para que veas qué importante es hacerla y qué diferente sería el mundo si tú no colaboraras con esta mínima acción.
Texto del Evangelio de hoy: San Juan 19:31-37
Era viernes, y al día siguiente sería la fiesta de la Pascua. Los jefes judíos no querían que en el día sábado los tres hombres siguieran colgados en las cruces, porque ése sería un sábado muy especial. Por eso le pidieron a Pilato ordenar que se les quebraran las piernas a los tres hombres. Así los harían morir más rápido y podrían quitar los cuerpos.
Los soldados fueron y les quebraron las piernas a los dos que habían sido clavados junto a Jesús. Cuando llegaron a Jesús, se dieron cuenta de que ya había muerto. Por eso no le quebraron las piernas.
Sin embargo, uno de los soldados atravesó con una lanza el costado de Jesús, y enseguida salió sangre y agua.
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que dice la Biblia: «No le quebrarán ningún hueso». En otra parte, la Biblia también dice: «Mirarán al que atravesaron con una lanza».
El que dice esto, también vio lo que pasó, y sabe que todo esto es cierto. Él cuenta la verdad para que ustedes crean.
Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.
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