Evangelio de hoy: San Lucas 10:13–16
Reflexiona:
Jesús dijo: «Cualquiera que los escuche a ustedes, me escucha a mí.»
Piensa:
¿Y tú, ¿en qué crees? ¿Tienes una opinión informada y crítica, o solo repites lo que «leiste en Facebook…» o «lo que dijeron en la TV»?
Vivimos en un mundo con tanta información disponible, que a veces perdemos la capacidad de admiración. Dejamos de creer y nos insensibilizamos ante las maravillas de la naturaleza, de nuestra propia existencia. Hoy Jesús nos invita a hacer un alto en nuestra vida y a tener un cambio de actitud, a ver no con los ojos sino con el corazón para poder reconocer en cada paso los milagros de los que somos testigos, y a dar gracias por el simple hecho de estar vivos.
Dialoga:
Señor Jesús, me has dado tantas cosas y muchas veces no he sido consciente de tu generosidad. Hoy quiero hacer un alto y agradecer todo cuanto me has dado: por mi familia, mis amigos, porque estoy vivo, porque puedo sentir, porque puedo ver. Gracias por regalarme un nuevo día.
Concéntrate:
Repite varias veces durante el día: «Gracias, Señor, por el milagro de la vida»
Recalculando:
Hoy te invitamos a hacer un ejercicio de reflexión de cuántas cosas tenemos para agradecer. Si tienes la oportunidad, da una caminata por una zona verde o una playa, observa el mar, los arboles, escucha a las aves; también puedes tomarte un momento por la noche para salir a observar las estrellas, contempla la maravilla del universo y da gracias por estar aquí y disfrutar de todos esos milagros.
Texto del Evangelio de hoy:
Jesús también dijo:
«Habitantes del pueblo de Corazín, ¡qué mal les va a ir a ustedes! ¡Y también les va a ir mal a ustedes, los que viven en el pueblo de Betsaida! Si los milagros que hice entre ustedes los hubiera hecho entre los que viven en las ciudades de Tiro y de Sidón, hace tiempo que ellos habrían cambiado su modo de vivir. Se habrían vestido de ropas ásperas y se habrían echado ceniza en la cabeza para mostrar su arrepentimiento. Les aseguro que, en el día del juicio final, ustedes van a recibir un castigo mayor que el de ellos.
»Habitantes del pueblo de Cafarnaúm, ¿creen que van a ser bien recibidos en el cielo? No, sino que van a ser enviados a lo más profundo del infierno.»
Luego Jesús les dijo a sus discípulos: «Cualquiera que los escuche a ustedes, me escucha a mí. Cualquiera que los rechace, a mí me rechaza; y la persona que me rechaza, rechaza también a Dios, que fue quien me envió.»
Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.
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