Evangelio de hoy: San Lucas 11:14-26
Reflexiona:
«Cuando el demonio salió, el hombre empezó a hablar»
Piensa:
Generalmente cuando pensamos en «el mal» nos imaginamos a un demonio de color rojo, con cuernos y cola. Pero la verdad es que todos los días nos enfrentamos al mal y al enemigo de Dios que nos tienta de diferentes formas: en la pereza para cumplir los deberes, en los vicios, en la apatía por ayudar. Por eso debemos ser cuidadosos de nuestros pasos y nuestros pensamientos, mantenerlos siempre fijos en el bien para que el mal no nos haga caer en la tentación.
Cuando alguien se esfuerza por sus metas a pesar de todos los problemas se dice que tiene «fuerza de voluntad», y eso es algo que nos pide el Evangelio de hoy, mantenernos alertas y fuertes. No confiarnos cuando tenemos momentos de calma para que luego en las «tormentas», el mal no nos tome desprevenidos.
Dialoga:
Señor Jesús, a cada paso las tentaciones me acosan. Hoy te pido un corazón fiel para seguirte y una voluntad fuerte para alejarme del mal. Hoy te encomiendo mis pensamientos, mis planes y mis acciones, para que estés presente en cada momento de mi vida y nunca me aleje de ti.
Concéntrate:
Repite varias veces durante el día: «Señor que sea fiel a tu voluntad»
Recalculando:
Para poder prevenir es importante anticipar los problemas. Hoy te invitamos a hacer un examen de autoconocimiento e identificar cuales son esas situaciones, personas o actitudes en las que se te presenta la tentación. Ahora, ¿qué vas a hacer para evitarlas? ¿Cómo te mantendrás preparado para evitar que te aleje del camino correcto?
Texto del Evangelio de hoy: San Lucas 11:14–26
Jesús expulsó a un demonio que había dejado mudo a un hombre. Cuando el demonio salió, el hombre empezó a hablar.
La gente estaba asombrada por lo que hizo Jesús, pero algunas personas dijeron: «Jesús libera de los demonios a la gente porque Beelzebú, el jefe de los demonios, le da poder para hacerlo.»
Otros querían ponerle una trampa a Jesús. Por eso le pidieron un milagro que demostrara que había sido enviado por Dios. Jesús se dio cuenta de lo que pensaban y les dijo:
«Si los habitantes de un país se pelean entre ellos, el país se destruirá. Si los miembros de una familia se pelean entre sí, la familia también se destruirá. Y si Satanás lucha contra sí mismo, destruirá su propio reino. Ustedes dicen que yo expulso a los demonios por el poder de Satanás. Si eso fuera verdad, entonces ¿quién les da poder a los discípulos de ustedes para echar fuera demonios? Si ustedes me responden que Dios les da ese poder, eso demuestra que están equivocados. Y si yo echo fuera a los demonios con el poder de Dios, eso demuestra que el reino de Dios ya está aquí.
»Es muy difícil robar en la casa de un hombre fuerte y bien armado. Pero si un hombre más fuerte que él lo vence, le quitará las armas, le robará todo y lo repartirá entre sus amigos.
»Si ustedes no están de acuerdo con lo que hago, entonces están contra mí. Si no me ayudan a traer a otros para que me sigan, es como si los estuvieran ahuyentando.
»Cuando un espíritu malo sale de una persona, viaja por el desierto buscando dónde descansar. Al no encontrar ningún lugar, dice: “Mejor regresaré a mi antigua casa, y me meteré de nuevo en ella.” Cuando regresa, la encuentra limpia y ordenada. Entonces va y busca a otros siete espíritus peores que él, y todos se meten dentro de aquella persona y se quedan a vivir allí. ¡Y esa pobre persona termina peor que cuando sólo tenía un espíritu malo!»
Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.
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