Reflexiona:
«Como tú me enviaste al mundo, yo los envío también al mundo» (NBD).
Piensa:
Las aves acuáticas tienen una glándula especial con la que generan un aceite que utilizan para acicalarse y hacer impermeables sus plumas, lo que les permite nadar e incluso sumergirse sin que el agua se acumule en su plumaje, así siempre pueden emprender el vuelo sin problemas.
En el Evangelio de hoy Jesús continúa orando por sus discípulos, y por todos nosotros, sabe que vivir en el mundo no es sencillo. Nosotros estamos rodeados de tentaciones y estructuras que se oponen al bien y a la verdad. Pero Jesús no pide al Padre que nos aparte y nos coloque en una bola de cristal, sino que le pide que nos dé la capacidad de poder sumergirnos en esa maldad, navegar por encima de las tentaciones sin que nos quite nuestra capacidad de volar.
Jesús no estuvo alejado de los pecados ni los pecadores, por el contrario, fue ahí en medio de ellos, comió con ellos, vivió a su lado; pero sin imitarlos, al estar con ellos les dio ejemplo de cómo vivir una vida acorde a los deseos de Dios. Y eso mismo nos pide a nosotros, no podemos mantenernos alejados de la maldad, no debemos evitar a «los pecadores» sino que debemos ser capaces de entenderles, hacernos cercanos y con generosidad y amor conducirlos hacia una vida más digna como hijos de Dios.
Hoy Jesús nos pide que seamos valientes y confiemos en que Dios nos cuida y nos protege, que nos mantengamos firmes a su lado para que él nos sostenga y nos haga salir victoriosos ante las pruebas del mundo, así como el salió triunfante porque supo mantenerse al lado del Padre.
Medita: ¿Confías verdaderamente en el poder que Dios tiene para ayudarte en las pruebas de la vida? ¿Dejas que la generosidad guie tus pasos o el miedo te impide ir ahí donde más se necesita llevar el mensaje de alegría y esperanza?
Dialoga:
Señor Jesús, tú confías en mí y me mandas a anunciar tu palabra a un mundo que sigue rechazando la verdad y la salvación; te pido que me des la fortaleza para seguir adelante sin dejarme derrotar por la frustración ni caer víctima de las tentaciones que me acosan. Ayúdame a mantenerme como discípulo fiel y a hablar de ti en todo momento, especialmente con aquellas personas más cercanas a mí.
Concéntrate:
Repite varias veces durante el día: «Señor, ayúdame a mantenerme firme a tu palabra»
Recalculando:
Para redireccionar tu vida hoy te invito a que hagas una plegaria de oración para solicitar al Espíritu Santo que te proteja, y que, con este nuevo estilo de vida, consciente de tu asistencia, pueda yo hablar de mi experiencia contigo y cómo también otra persona conocida pueda sentir la seguridad de tu protección. Busca a alguien cercano y proponte hablar de esto.
Texto del Evangelio de hoy: San Juan 17:11b-19
«Ya no estaré en el mundo, pues voy a donde tú estás. Pero mis seguidores van a permanecer en este mundo. Por eso te pido que los cuides, y que uses el poder que me diste para que se mantengan unidos, como tú y yo lo estamos. Mientras yo estaba con ellos, los cuidé con el poder que me diste, y ninguno dejó de confiar en mí. El único que nunca creyó en mí fue Judas. Así se cumplió lo que dice la Biblia.
»Ahora regreso a donde tú estás. Pero digo esto mientras estoy en el mundo, para que mis seguidores sean tan felices como yo. Les he dado tu mensaje, y por eso los de este mundo los odian, pues ellos ya no son como esa gente, y tampoco yo soy así. No te pido que los quites del mundo, sino que los protejas de Satanás. Yo no soy de este mundo, y tampoco ellos lo son. Tu mensaje es la verdad; haz que al escucharlo, ellos se entreguen totalmente a ti. Los envío a dar tu mensaje a la gente de este mundo, así como tú me enviaste a mí. Toda mi vida te la he entregado, y lo mismo espero que hagan mis seguidores.»
Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.
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