Reflexiona:
«Cuando entren en un pueblo, quédense en una sola casa hasta que salgan de ese pueblo»
Piensa:
Cotidianamente nos topamos con gente que le gusta opinar de las situaciones que se viven en el mundo. Muchas veces nosotros mismos opinamos sobre la vida de otros, pero no nos tomamos el tiempo de conocerles, acercarnos, platicar con esas personas y saber realmente qué es lo que está sucediendo para que, en lugar de juzgar, podamos ayudarles.
Por eso es muy interesante el mandato que Jesús le dio a sus discípulos cuando los mandó como misioneros: no llevar nada, vivir con la gente a la que iban a evangelizar; es decir: conocerles, hacer comunidad, meterse en su realidad y ayudarles a conocer a Dios. Es lo mismo que nos pide hoy: que no nos mantengamos alejados de las personas por «temor a que nos contagien», o porque «qué va a decir la gente si me junto con ciertas personas». Jesús nos manda que vayamos ahí donde nadie quiere ir, a conocer a esa persona a la que nadie le quiere hablar. Y no hace falta que hagamos un largo viaje al otro lado del mundo para buscar comunidades remotas (aunque también es una hermosa labor), basta con mirar a nuestro lado para encontrar a ese hermano que se siente apartado: en nuestra familia, en nuestra cuadra, en el colegio.
Es momento de convertirnos en evangelizadores: con nuestro ejemplo, nuestra alegría, con nuestra confianza en Dios, seremos capaces de inspirar a quienes nos rodean para que sientan la presencia de Dios en sus vidas.
Dialoga:
Señor Jesús, te doy gracias porque a pesar de mis debilidades me invitas a seguirte y a imitarte. Te pido que me des el valor para saber comunicarte a otros, a no tener miedo de salir a anunciar tu nombre y ser, en todo momento, un reflejo de tu amor y tu bondad.
Concéntrate:
Repite varias veces durante el día: «Señor, llévame donde necesiten de ti»
Recalculando:
Hoy te invitamos a que tomes parte activa en la evangelización. Busca esos espacios que tienes a tu disposición para llevar el mensaje de alegría: tus redes sociales, tu colegio, con la gente que convives por la calle. Que en ti se note la alegría de ser un misionero de Cristo.
Texto del Evangelio de hoy: San Marcos 6:7-13
Reunió a los doce apóstoles y los envió de dos en dos. Les dio poder para expulsar de la gente a los espíritus malos, y también les ordenó:
«Lleven un bastón para el camino, pero no lleven comida ni bolsa ni dinero. Pónganse sandalias, pero no lleven ropa de más. Cuando entren en un pueblo, quédense en una sola casa hasta que salgan de ese pueblo. Si en algún lugar no quieren recibirlos ni escucharlos, váyanse de allí y sacúdanse el polvo de los pies. Eso le servirá de advertencia a esa gente.»
Los discípulos partieron de allí y comenzaron a decirle a la gente que dejara de pecar y se volviera a Dios. También expulsaron muchos demonios y sanaron a muchos enfermos frotándoles aceite de oliva.
Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.
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