Evangelio de hoy: San Lucas 9:51–56

Reflexiona:

Le dijeron una vez a Jesús: «Señor, permítenos orar para que caiga fuego del cielo y destruya a todos los que viven aquí.»

Piensa:

¿Cuántas notas de actos horribles vemos todos los días en las noticias en donde los culpables logran huir de la ley? Has pensado: «¿Por qué Dios no elimina a esas personas del mundo?» Bueno, hoy vemos esa situación, y sus discípulos piden permiso para «castigar» a esas personas que rechazaron a Jesús, pero el los reprende y se van a otro lado. En nuestra vida diaria podemos toparnos con gente negativa, pero no corresponde a nosotros levantar la mano para castigarlos, simplemente hazte a un lado. Atención: esto no significa que no podamos hacer nada ante las injusticias, pero no es por tu propia mano. Hay formas correctas de terminar con una injusticia: acude a la autoridad respectiva y dale seguimiento para ver que se cumpla el reglamento; y en tu corazón: perdona. No dejes que el rencor se apodere de tu juicio, porque eso hace buscar la venganza y nos convierte en aquello contra lo que luchamos.

Dialoga:

Señor Jesús, todos los días me enfrento a situaciones que me enojan y quisiera castigar a los responsables. Pero tú nos enseñas que el perdón es el arma mas poderosa frente a las injusticias. Dame la paciencia para evitar situaciones de conflicto y la entereza para actuar de la manera correcta para resolver los problemas de mi entorno.

Concéntrate:

Repite varias veces durante el día: «La venganza, no es justicia»

Recalculando:

¿Te has enfrentado a situaciones de injusticia? ¿Qué puedes hacer al respecto, de manera correcta sin romper las reglas? ¿Hay alguna autoridad a la que puedas recurrir?

Recuerda que la justicia no es venganza. ¿Qué acción te invita a realizar el Evangelio de hoy?

Texto del Evangelio de hoy:

Cuando ya se acercaba el tiempo en que Jesús debía subir al cielo, decidió ir hacia Jerusalén. Envió a unos mensajeros a un pueblo de Samaria para que le buscaran un lugar donde pasar la noche. Pero la gente de esa región no quiso recibir a Jesús, porque sabían que él viajaba a Jerusalén.

Cuando sus discípulos Santiago y Juan vieron lo que había pasado, le dijeron a Jesús: «Señor, permítenos orar para que caiga fuego del cielo y destruya a todos los que viven aquí.»

Pero Jesús se volvió hacia ellos y los reprendió. Después, se fueron a otro pueblo.

Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual  ^® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004