Reflexiona:

«¡Dios te ha bendecido porque confiaste en sus promesas!»

Piensa:

En María e Isabel, se nos presenta el modelo ideal de la comunidad cristiana, por un lado, tenemos a Isabel una mujer de avanzada edad, estéril y por lo tanto segregada, ya que la esterilidad era considerada un castigo divino; pero ella y su esposo, se mantienen fieles a Dios y confían en su amor. Nos da un ejemplo de perseverancia y aceptación.

Por el otro tenemos a María una joven fiel y devota, que tuvo la valentía de decir «Sí» a los planes que Dios tenía para ella; y que apenas se entera de que su prima está en cinta, corre para ayudarla. Es el mayor ejemplo de servicio y generosidad, se olvida de sí misma para ponerse al servicio de Dios y de sus hermanos.

Por eso en este día que celebramos la Visita de Nuestra Señora, es buen momento para reflexionar sobre estas actitudes y pensar: ¿Qué tan presto estoy para escuchar la voz de Dios? ¿Cuánta disposición tengo para cambiar mis propios planes y aceptar su voluntad? ¿Soy capaz de reconocer las grandezas que Dios ha hecho en mi vida?

El Evangelio de hoy es una invitación para creer, creer verdaderamente en la Palabra de Dios, porque solo cuando creemos somos capaces de obedecerla. No debemos quedarnos solamente asombrados por estas santas mujeres, sino que debemos imitarlas para que con su ejemplo nos permitan tener corazones fieles y generosos en nuestra vida diaria. Que sepamos reconocer a Dios en las personas que vienen a nuestro encuentro como Isabel; y que seamos capaces de ser portadores de la alegría del Señor, como María. 

Dialoga:

Señor Jesús, que el ejemplo de María que dijo «Sí» para que tú vinieras al mundo me ayude a ser generoso en mis respuestas. Que el ejemplo de Isabel también me oriente para dar testimonio de perseverancia en la oración y que no tenga miedo de seguir sus planes. Que mi corazón sea generoso para que sepa transmitir al Señor con mi ejemplo y así otros puedan experimentar su amor.

Concéntrate:

Repite varias veces durante el día: «Madre mía ayúdame a creer fielmente, como tú»

Recalculando:

La vida es como el camino emprendido con un GPS. Recalculamos nuestra dirección con una acción concreta que nos recuerde que vamos bien. Hoy te invitamos a que pienses cuáles han sido los momentos donde te has sentido como «decepcionado» de la fe, para que poniendo en manos del Señor estas actividades, puedas sentirte en el camino correcto. Es una acción interna que pones en manos del Señor.

Texto del Evangelio de hoy: San Lucas 1:39-56

A los pocos días, María fue de prisa a un pueblo de la región montañosa de Judea. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Cuando Isabel oyó el saludo, el niño saltó de alegría dentro de ella.

Isabel, llena del Espíritu Santo, dijo en voz alta a María:

—¡Dios te ha bendecido más que a todas las mujeres! Y también ha bendecido al hijo que tendrás. ¿Por qué has venido a visitarme, tú que eres la madre de mi Señor? Tan pronto como oí tu saludo, el bebé saltó de alegría dentro de mí. ¡Dios te ha bendecido porque confiaste en sus promesas!

María respondió:

«¡Le doy gracias a Dios
con todo mi corazón,
y estoy alegre
porque él es mi Salvador!

»Dios tiene especial cuidado de mí,
que soy su humilde esclava.

»Desde ahora todos me dirán:
“¡María, Dios te ha bendecido!”

»El Dios todopoderoso ha hecho
grandes cosas conmigo.
¡Su nombre es santo!

ȃl nunca deja de amar
a todos los que lo adoran.

»Dios actúa con poder
y hace huir a los orgullosos.

»Quita a los poderosos de sus tronos,
y da poder a los pobres.

»Da cosas buenas
a los hambrientos,
pero despide a los ricos
con las manos vacías.

»Ayuda a los israelitas,
sus servidores,
y nunca deja de ser
bondadoso con ellos.

»Así lo prometió
a nuestros antepasados,
a Abraham y a sus descendientes,
para siempre.»

Y María se quedó tres meses con Isabel. Después, regresó a su casa.

Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.