Reflexiona:

Jesús miró al cielo, suspiró y dijo: «¡Efatá!», palabra que significa «¡Ábrete!»

Piensa:

Todos los días vemos gente que es marginada o discriminada por su origen étnico, nivel socioeconómico, por su religión, por discapacidades físicas, etc.

El texto de hoy nos muestra una curación algo diferente. Jesús no se limita a tocar al enfermo, sino que lo lleva delante de la gente, realiza algunos gestos y exclama: «¡Ábrete!». Bien podría ser una oración a Dios, pero más parece ser una orden para el pueblo que observa. Él quiere que se abran los ojos, los oídos y la boca de esas personas que vivían lejos de Dios. Y hoy él quiere que se abran nuestros corazones para aceptar a Dios en nuestras vidas.

Efatá, es una invitación para dejar nuestros prejuicios de lado y ser incluyentes en nuestra sociedad. Quizá no podamos hacer caminar, oír o ver a los enfermos, pero si podemos devolverles su dignidad dándoles un trato humano, haciéndolos parte de la toma de decisiones para el mejoramiento de nuestra comunidad.

El Evangelio de hoy nos invita a reconocernos en ese hombre sordo y tartamudo, porque muchas veces no somos capaces de escuchar el grito de ayuda de nuestros hermanos, y somos incapaces de levantar la voz para buscar un trato digno a todos los miembros de nuestra sociedad. Pero Jesús puede tocar nuestros oídos y nuestra lengua para dejarnos sanos, si así lo queremos.

Dialoga:

Señor Jesús, hoy quiero pedirte que cures mi corazón sordo, que no puede escuchar a las personas que sufren; cura mi mente sorda, que no sabe escuchar las opiniones de los demás para entenderlos. Sana mi corazón tartamudo, que no es capaz de dar una palabra de aliento a quien lo necesita. Sáname Señor, para que me convierta en un instrumento de tu gracia.

Concéntrate:

Repite varias veces durante el día: «Señor, abre los oídos de mi corazón»

Recalculando:

La reflexión de hoy nos habla sobre la incapacidad de escuchar y hablar desde el espíritu. ¿Cuáles son esas actitudes de sordo y mudo que tienes en la vida? ¿Qué es lo que harás para cambiarlo? Hazte una propuesta concreta y trabaja en ella.

Texto del Evangelio de hoy: San Marcos 7:31-37

Jesús volvió a salir de la región de Tiro. Pasó por la región de Sidón y llegó al Lago de Galilea, en el territorio de Decápolis. Allí le llevaron a Jesús un hombre sordo y tartamudo, y le rogaron que pusiera las manos sobre él para sanarlo. Jesús tomó al hombre y lo llevó aparte, lejos de la gente. Luego puso sus dedos en los oídos del hombre y le puso saliva en la lengua. Después miró al cielo, suspiró y dijo: «¡Efatá!», palabra que significa «¡Ábrete!» En ese momento el hombre pudo oír y hablar normalmente.

Jesús le ordenó a la gente que no se lo contara a nadie; pero cuanto más lo ordenaba, más lo contaba la gente, porque estaba muy admirada y decía: «Jesús todo lo hace bien. ¡Hasta puede hacer que los sordos oigan y que los mudos hablen!»

Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual  ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.