Reflexiona:
«Vayan a los israelitas, pues son un pueblo que anda como rebaño perdido.»
Piensa:
Cuando era niño, me gustaba mucho ayudar a mi hermano a hacer su tarea; pero muchas veces dejaba la mía incompleta, o la hacía en el último minuto. El Evangelio de hoy recuerda en esa actitud que muchas veces tenemos de pensar que «los necesitados» están allá lejos, en otro país, en otra ciudad, en otro barrio. Cuando pensamos en hacer misión u obras de caridad, viene casi en automático a nuestra mente los niños de África o las zonas de Medio Oriente que viven en guerra.
Pero hoy el Evangelio nos recuerda que muchas veces quien necesita de la ayuda de Dios, es quien está a nuestro lado; no caigamos en la trampa de pensar que por estar «cerca de la iglesia» estamos «a salvo».
Hoy vemos a Jesús llamando a sus apóstoles. Les da instrucciones y los envía a ayudar a otros. Pero les recomienda no ir fuera de las comunidades judías, y no como un acto de discriminación, sino porque el mismo pueblo necesitaba ayuda, necesitaba recordar quién era, la misión a la que fueron consagrados muchos años atrás. Era necesario empezar a arreglar primero lo que estaba en casa, para que después se llevara ayuda a comunidades más alejadas.
Dios permita que cada uno de nosotros en el día a día aprendamos a estar atentos a su llamado, que siempre necesita de nuestras manos para construir un mundo mejor, llevando su mensaje de esperanza a quienes lo necesitan, y no es necesario irnos lejos; quizá los más necesitados estén en nuestro propio hogar, nuestro grupo de amigos o nuestro centro laboral.
Abramos nuestros corazones para recibir a Jesús, y así llenos de su amor y su gracia, salgamos a llevar su mensaje de amor y esperanza en nuestro entorno.
Dialoga:
Señor Jesús, gracias porque nunca te olvidas de mi, me mantienes en tu corazón y cercano a tu amor. Te pido que me ayudes a estar atento a tu llamado para salir de mí mismo, de mi comodidad y mi apatía, para poder anunciarte a mis hermanos, que sepa transmitir tu evangelio de esperanza y amor, empezando por mi casa y las personas más cercanas a mi.
Concéntrate:
Repite varias veces durante el día: «Señor, hazme un mensajero de tu amor»
Recalculando:
Recalcular hoy con este texto del Evangelio nos lleva a fijarnos muy cerca nuestro. ¿Quién de los que está cercano a ti, necesita una palabra o un gesto tuyo para poder mejorar en su fe? Recuerda que tú no lo haces por ti mismo, sino que vas enviado por el mismo Jesús.
Texto del Evangelio de hoy: San Mateo 10:1-7
Jesús reunió a sus doce discípulos. A cada uno le dio poder para expulsar malos espíritus y para sanar toda clase de enfermedades.
A los doce discípulos que Jesús eligió, los llamó apóstoles. Éstos son sus nombres: Simón, mejor conocido como Pedro, y su hermano Andrés; Santiago y Juan, hijos de Zebedeo; Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo el cobrador de impuestos, Santiago hijo de Alfeo, Tadeo, Simón el patriota y Judas Iscariote, que fue el que después traicionó a Jesús.
Jesús envió a estos doce discípulos con las siguientes instrucciones:
«No vayan por lugares donde vive gente que no es judía. Tampoco vayan a los pueblos de la región de Samaria. Mejor vayan a los israelitas, pues son un pueblo que anda como rebaño perdido.
»Cuando vayan, anuncien este mensaje: “Ya está por llegar el reino de Dios”.»
Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.
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