Reflexiona:
«Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada y dos pescados.»
Piensa:
La Madre Teresa de Calcuta decía: «A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara esa gota». Eso es precisamente lo que vemos en el texto de hoy. Casi siempre al leer este texto nos quedamos asombrados ante el milagro: claro que alimentar a cinco mil hombres con cinco panes y dos pescados no es cosa pequeña. Pero, pasamos por alto un hecho importante: no eran los discípulos quienes tenían la comida, era un muchacho, una persona joven en la multitud. El discípulo lo presenta a Jesús, pero con una actitud poco confiada. Sin embargo, el acto de generosidad de ese joven resuelve un gran problema y obra un milagro para todos.
Por eso me gustaría que hoy nos concentráramos en este joven y que nos pongamos en su lugar. A veces podemos sentir que lo que hacemos no es suficiente para marcar una diferencia ante los desafíos del mundo. Pudiera parecer que una palabra de aliento no es nada ante tanta tristeza; o que un acto de bondad no es nada ante la desigualdad y la pobreza que nos rodea; pero hoy Jesús nos llama a no sentirnos insignificantes y confiar, porque él es capaz de multiplicar nuestra pequeñez para obrar grandes milagros, basta con que tengamos un corazón generoso y dejemos en sus manos lo poco que tenemos.
Hoy Jesús nos invita a presentar ante el nuestros panes y pescados; no nos desanimemos ni perdamos la fe. Confiemos en que un pequeño gesto es suficiente para que Jesús con su amor y gracia lo convierta en una ola de bendiciones para muchas personas.
Dialoga:
Señor Jesús, hoy quiero poner en tus manos mi pequeñez, lo poco que tengo y lo poco que soy, para que tú con tu gracia los multipliques en bendiciones para la humanidad. Ayúdame a tener confianza y fe en ti para nunca dejar que la duda me impida hacer el bien, aunque parezca muy poco.
Concéntrate:
Repite varias veces durante el día: «Señor, pongo en tus manos lo que tengo»
Recalculando:
Fíjate hoy en los dones que tú tienes. Puedes hacer una lista con lo que estás seguro marca una diferencia sustancial de parte tuya con el resto de la humanidad. Sé sincero y objetivo, ni exageres ni disminuyas. Con esa lista de algunos dones, ponlos en manos del Señor y pregúntale cómo puede hacer él para multiplicarlos y servir a los demás. Trata que sea algo concreto que tú puedas medir después para estar en sintonía con el Evangelio.
Texto del Evangelio de hoy: San Juan 6:1-15
Después de esto, Jesús fue al otro lado del Lago de Galilea, también conocido como lago de Tiberias. Mucha gente lo seguía, pues había visto los milagros que él hacía al sanar a los enfermos.
Se acercaba la fiesta de los judíos llamada Pascua, y Jesús fue a un cerro con sus discípulos, y allí se sentó. Cuando Jesús vio que mucha gente venía hacia él, le preguntó a Felipe:
—¿Dónde podemos comprar comida para tanta gente?
Jesús ya sabía lo que iba a hacer, pero preguntó esto para ver qué decía su discípulo. Y Felipe respondió:
—Ni trabajando doscientos días ganaría uno suficiente dinero para dar un poco de pan a tanta gente.
Andrés, que era hermano de Simón Pedro, y que también era discípulo, le dijo a Jesús:
—Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada y dos pescados. Pero eso no alcanzará para repartirlo entre todos.
Jesús les dijo a sus discípulos que sentaran a la gente. Había allí unos cinco mil hombres, y todos se sentaron sobre la hierba. Jesús, entonces, tomó los panes en sus manos y oró para dar gracias a Dios. Después, los repartió entre toda la gente, e hizo lo mismo con los pescados. Todos comieron cuanto quisieron.
Una vez que todos comieron y quedaron satisfechos, Jesús les dijo a sus discípulos: «Recojan lo que sobró, para que no se desperdicie nada.»
Ellos obedecieron, y con lo que sobró llenaron doce canastos. Cuando todos vieron este milagro, dijeron: «De veras éste es el profeta que tenía que venir al mundo.»
Jesús se dio cuenta de que la gente quería llevárselo a la fuerza para hacerlo su rey. Por eso se fue a lo alto del cerro, para estar solo.
Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.
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