Reflexiona:

—Ella estaba guardando ese perfume para el día de mi entierro.

Piensa:

En casi todas las casas se tienen cosas guardadas para ocasiones especiales: una vajilla, un mantel, ropa, zapatos… sentimos que son cosas que, por su valor monetario, sentimental o por su belleza no deben ser «desperdiciados», y se quedan ahí por mucho tiempo guardados, esperando el momento especial. En la vida espiritual muchas veces nos sucede lo mismo, dejamos pasar las oportunidades de hacer el bien, de ayudar, de colaborar, esperando una ocasión especial. Tenemos eventos de caridad que se realizan una vez al año como si el resto del año no hubiera necesitados a quien ayudar.

Hoy María de Betania nos recuerda que cualquier momento es una ocasión especial para ayudar. No debemos dejar pasar las oportunidades porque realmente no sabemos si más adelante tendremos tiempo. Las ocasiones especiales son especiales si así lo deseamos, si nosotros las hacemos especiales, y cuando se trata de ayudar todas las ocasiones son especiales.

Ahora que iniciamos la Semana Santa en el que recordamos la pasión de Jesucristo, hagamos el propósito de imitar a María y acompañar al Señor no solo en los ritos de nuestras parroquias, sino en cada momento. Hagamos esa muestra de cariño al Señor en los pobres, en los que sufren, en los necesitados. Acompañémoslo en el dolor de los enfermos y los que sufren injusticias, en la soledad de los inmigrantes, y los marginados. Hagamos ocasiones especiales para romper esa botella de perfume caro y derramar el amor a los pies del Salvador.

Dialoga:

Señor Jesús, en este día que me invitas a no escatimar esfuerzos ni recursos para demostrarte mi amor, te pido que me ayudes a mantenerme siempre dispuesto para ayudar, dame la gracia de imitarte y saber entregarme a mis hermanos, porque a través de ellos tú te acercas a mí.

Concéntrate:

Repite varias veces durante el día: «El momento ideal para hacer el bien, es ahora»

Recalculando:

No dudes más, seguro que hay unas personas que necesitan tu apoyo. Puede ser económico, pero sobre todo tu tiempo, tu talento, tu esfuerzo. Hay alguien hoy que necesita tu ayuda. Y tú vas a disponer de todo lo que has aprendido para hacer que una persona tenga hoy una vida diferente. Cuando lo hagas te sentirás mucho mejor, pues te das cuenta que la relación con Dios se vive mejor en una buena relación con aquellos más necesitados.

Texto del Evangelio de hoy: San Juan 12:1-11

Seis días antes de que se celebrara la fiesta de la Pascua, Jesús fue al pueblo de Betania. Allí vivía Lázaro, el hombre a quien Jesús había resucitado.
En ese pueblo, unos amigos de Jesús hicieron una cena para él. Lázaro estaba sentado a la mesa con Jesús, y su hermana Marta servía la comida. María, su otra hermana, tomó una botella de un perfume muy caro y perfumó los pies de Jesús. Después los secó con sus cabellos, y toda la casa se llenó con el olor del perfume.
Pero uno de los discípulos, que se llamaba Judas Iscariote, y que después traicionaría a Jesús, dijo:
¡Mejor se hubiera vendido este perfume! Nos habrían dado el dinero de trescientos días de trabajo, y con él podríamos haber ayudado a los pobres.
Entonces Jesús le dijo a Judas:
—¡Déjala tranquila! Ella estaba guardando ese perfume para el día de mi entierro. En cuanto a los pobres, siempre los tendrán cerca de ustedes, pero a mí no siempre me tendrán.
En realidad, a Judas no le importaban los pobres; dijo eso porque era un ladrón. Como él era el encargado de cuidar el dinero de Jesús y de los discípulos, a veces se lo robaba.
Muchos de los judíos que vivían en Jerusalén se enteraron de que Jesús estaba en Betania; así que fueron allá, no sólo para verlo sino para ver también a Lázaro, a quien Jesús había resucitado.
Cuando los sacerdotes principales se enteraron de esto, planearon matar también a Lázaro, 11 pues por su culpa muchos judíos ya no querían nada con los sacerdotes, y se habían vuelto seguidores de Jesús.

Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.