Para siempre: Palabra del día Hasta que la muerte nos separe 25 de May de 2018 Ricardo Grzona
Para siempre: Palabra del día
Para siempre: Palabra del día Hasta que la muerte nos separe 25 de May de 2018 Ricardo Grzona
Blog de la Biblia

Reflexiona:

«Si Dios ha unido a un hombre y a una mujer, nadie debe separarlos.»

Piensa:

Para muchos jóvenes hablar de matrimonio es algo anticuado. La sociedad nos ha saturado de cosas desechables: electrónicos, envases, utensilios, servilletas; todo se puede tirar, sirve por un momento y luego se va a la basura. Por eso cuando se habla de un matrimonio «para siempre», se cree que es algo imposible o pasado de moda. No es raro escuchar a parejas que comentan que «no necesitan casarse para ser felices» y es una realidad. El sacramento del matrimonio no es una vacuna contra la infelicidad, sino una forma de poner a Dios como centro de la relación de la pareja, y de la familia.

Y lamentablemente muchas de las parejas que se casan, después de un tiempo se separan. Pueden existir muchas razones, pero podemos resumirlas en que hay un gran egoísmo. El egoísmo es el enemigo del amor, puede llevarnos a querer casarnos no porque en realidad deseemos pasar el resto de nuestras vidas con la otra persona sino por cumplir con un protocolo social. El egoísmo lleva a las parejas a perder el interés y dar por sentado que una vez que se han casado el otro tiene la obligación de soportar la indiferencia o malos tratos. También el egoísmo es el que lleva a dar prioridad a la propia satisfacción que conduce a la infidelidad.

Claro está que estos problemas no deben llevarnos a desvalorar el matrimonio, sino por el contrario, no debemos tomar esta decisión a la ligera y por encima de todo, pedirle a Dios que nos ilumine para saber mantenernos firmes y fieles en el amor.

Cuántos de nosotros vivimos siempre pendientes del indicador de carga de nuestro celular o la gasolina de nuestro auto, y nos preocupamos por recargar con frecuencia para que no se apague, lo mismo debemos hacer con nuestras relaciones, debemos mantenernos atentos a los indicadores de estancamiento o de disminución del interés y dediquemos tiempo a recargar el amor para que no se extinga. De este modo quienes ya dieron el «Sí», puedan mantenerse fieles a su promesa; y quienes sienten el llamado al matrimonio, reflexionen y pongan en manos de Dios la decisión para que el sea quien alimente el amor cada día.

Dialoga:

Señor Jesús, hoy quiero darte las gracias por la familia que me has dado, porque, aunque no es perfecta es una manifestación de tu amor a mí y de tu deseo de que yo esté aquí hoy. Quiero pedirte que me ayudes a ser un promotor del amor familiar no solo en la propia, sino para todos los que me rodean, que sea un ejemplo de la importancia de vivir en una familia que se ama y se mantiene firme en torno a ti.

Concéntrate:

Repite varias veces durante el día: «Señor, ayúdame a reforzar el amor en mi familia»

Recalculando:

Aún cuando el tema de familia y matrimonio está en una discusión muy abierta en los ambientes de la sociedad, te invito a que en primer lugar pienses en tu interior qué significa la fidelidad y cómo puedes mejorar en este tema. De la misma forma, si conoces personas que están pasando por un matrimonio con crisis, acércate y enséñales a orar y acompáñalos en su discernimiento.

Texto del Evangelio de hoy: San Marcos 10:1-12

Jesús salió del pueblo de Cafarnaúm, y se fue a la región de Judea y a los lugares que están al este del río Jordán. Una vez más, mucha gente se reunió a su alrededor y, como siempre, Jesús empezó a enseñar.

Unos fariseos se acercaron a él para ponerle una trampa, y le preguntaron:

—¿Puede un hombre divorciarse de su esposa?

Jesús les respondió:

—¿Qué les mandó hacer Moisés?

Ellos dijeron:

—Moisés permitió al esposo escribir un certificado de divorcio y echar de la casa a su esposa.

Entonces Jesús dijo:

—Si Moisés les dejó escrito ese mandamiento, es porque ustedes son muy tercos. Pero desde el principio Dios hizo al hombre y a la mujer para que vivieran juntos. Por eso el hombre tiene que dejar a su padre y a su madre para casarse y vivir con su mujer. Los dos vivirán como si fueran una sola persona. Así que, los que se casan ya no viven como dos personas separadas, sino como si fueran una sola persona. Si Dios ha unido a un hombre y a una mujer, nadie debe separarlos.

Más tarde, cuando ya estaban en casa, los discípulos preguntaron de nuevo a Jesús acerca del divorcio. Él les respondió: «Si un hombre se divorcia de su esposa y se casa con otra mujer, comete pecado, pues sería infiel a su esposa. Y si la mujer deja a su esposo y se casa con otro hombre, también comete el mismo pecado.»

Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.

Leer más posts sobre: Lectio Divina

Ricardo Grzona
Ricardo Grzona

Hermano Ricardo es argentino, y radica actualmente en Miami, Florida. Es experto en Lectio Divina y presidente ejecutivo de la Fundación Ramón Pané, que trabaja en la «Nueva Evangelización» por los diversos medios de tecnología. Junto con un pequeño grupo de jóvenes entre 25 y 32 años de edad, Ricardo prepara las aportaciones diarias para el Lectio Divina.

Leé más de Ricardo Grzona

Gracias al apoyo fiel de nuestros socios financieros, American Bible Society ha ayudado a las personas a interactuar con el mensaje transformador de la Palabra de Dios por más de 200 años.

Ayúdanos a compartir la Palabra de Dios con los más necesitados

Haz Tu Donación Ahora

Subscríbete

Quiero recibir consejos, materiales y recursos bíblicos.

×

Subscríbete

Quiero recibir consejos, materiales y recursos bíblicos.