Reflexiona:

«Les doy la paz, mi propia paz, que no es como la paz que se desea en este mundo. No se preocupen ni tengan miedo.»

Piensa:

Cuando vemos películas de espías casi siempre sentimos que es antinatural la forma en que son capaces de mantener la calma mientras todo parece derrumbarse a nuestro alrededor, ¿verdad? El nerviosismo y la histeria parecen ser lo más humano que existe, por ello cuando nos topamos con personas que parecen tener controladas sus emociones nos parecen raras.

Jesús parece ser muy consciente de esto, y en muchas ocasiones empieza sus discursos con un «no teman», sobre todo cuando más se acercaba la hora de su pasión. De cierto modo los discípulos debían saber lo que sucedería, pero Jesús sabe que nunca es fácil enfrentarse a las pruebas y mantenerse firmes. Incluso él tuvo momentos en el que se sintió solo y débil.

Por eso las palabras de Jesús tienen una mayor relevancia en un mundo donde el estrés y la depresión parecen controlar nuestras vidas. Él nos ofrece la paz, pero claro no es la paz concebida como la ausencia de problemas, sino la paz del alma. Esa paz nos hace mantenernos tranquilos ante las turbulencias de la vida para poder encontrar el camino para solucionar nuestros problemas. La verdadera paz no es la ausencia de problemas sino la certeza de que somos capaces, con la ayuda de Dios, de salir triunfantes de cualquier prueba que se nos presente.

Hoy Jesús también nos dice a cada uno de nosotros «No se turbe tu corazón», «no tengas miedo», «te doy mi paz», «confía en mi».

Dialoga:

Señor Jesús, muchas veces en medio de la desesperación es difícil mantenerse firme y he llegado a dudar de tu presencia e incluso de tu amor, pero hoy quiero grabar en mi corazón tus palabras de paz. Quiero recibir tu paz en mi alma para siempre confiar en que las cosas tienen solución y que cada prueba que se pone en mi camino es una oportunidad para estar más cerca de ti y crecer espiritualmente.

Concéntrate:

Repite varias veces durante el día: «Señor, que me mantenga siempre en tu paz»

Recalculando:

Para recalcular nuestra dirección de vida hoy, te invito a que hagas una lista de las cosas o situaciones que te roban la paz. Y fíjate cómo poner esta situación en manos del Señor. También acércate a alguna persona que está sufriendo angustias por algún motivo y tu acción cristiana es ayudarle a entender que en su vida Jesús quiere lo mejor y darle paz.

Texto del Evangelio de hoy: San Juan 14:27-31a

«Les doy la paz, mi propia paz, que no es como la paz que se desea en este mundo. No se preocupen ni tengan miedo por lo que pronto va a pasar. Ustedes me oyeron decir que me voy, pero regresaré por ustedes. Y si en verdad me amaran, deberían estar alegres de esto, porque voy a regresar a donde está mi Padre, y él es mayor que yo.

»Les digo todo esto desde ahora para que, cuando suceda, confíen en mí. Ya no puedo hablarles de otras cosas porque se está acercando el diablo, que manda en este mundo. Él no tiene poder para vencerme, pero yo tengo que obedecer a mi Padre, para que todos sepan que lo amo.»

Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.