Reflexiona:
«Nuestro Padre, sabe lo que ustedes necesitan, aun antes de que se lo pidan.»
Piensa:
El Padre Nuestro es tal vez una de las oraciones más conocidas y recitadas y quizá por eso muchas veces la decimos casi sin darnos cuenta de toda la belleza de su composición. No es sólo una fórmula que hay que aprender, es una plegaria completa a Dios que es nuestro Padre, un padre amoroso que no puede negarse a escucharnos cuando nos dirigimos a él de corazón.
Y una de las tantas particularidades de esta oración es que no «pide» nada especial en particular, sino que deja como abierta la puerta para decirle a Dios «concédeme aquello que tú sabes que necesito», y que muchas veces no sabemos pedir.
La primera parte es un acto de reconocimiento de la gloria de Dios, y un acto de entrega al llamarle Padre, un padre al que nos sometemos libremente para que «se haga su voluntad».
La segunda parte es un compromiso de vivir en comunión con los demás, porque si lo llamamos Padre entonces todos los demás son mis hermanos. Como hermanos nos debemos llevar bien y perdonarle, para ser merecedores del perdón.
Concluimos con una petición que es una forma de decir: «solo no puedo», pedimos la ayuda de nuestro Padre para que nos guíe por el camino del bien y nos aleje del pecado, de aquello que hace mal a nuestras almas.
La próxima vez que hagas esta oración hazlo despacio y pon tu corazón en cada una de las palabras, para que sea una oración sincera.
Dialoga:
Padre nuestro
que estás en el cielo:
Que todos reconozcan
que tú eres el verdadero Dios.
Ven y sé nuestro único rey.
Que todos los que viven
en la tierra te obedezcan,
como te obedecen
los que están en el cielo.
Danos la comida que necesitamos hoy.
Perdona el mal que hacemos,
así como nosotros perdonamos
a los que nos hacen mal.
Y cuando vengan las pruebas,
no permitas que ellas nos aparten de ti,
y líbranos del poder del diablo.
Concéntrate:
Repite varias veces durante el día: «Padre nuestro, escucha nuestras plegarias»
Recalculando:
Hoy voy a pensar si mi vida de oración es realmente efectiva, que va más allá de las fórmulas. Voy a proporcionar una meta particular para mi crecimiento como persona y para mi felicidad para que sea completa como la quiere Dios. Voy a evaluar mi crecimiento en base a mi vida de oración.
Texto del Evangelio de hoy: San Mateo 6:7-15
«Cuando ustedes oren, no usen muchas palabras, como hacen los que no conocen verdaderamente a Dios. Ellos creen que, porque hablan mucho, Dios les va a hacer más caso. No los imiten, porque Dios, nuestro Padre, sabe lo que ustedes necesitan, aun antes de que se lo pidan.
»Ustedes deben orar así:
“Padre nuestro
que estás en el cielo:
Que todos reconozcan
que tú eres el verdadero Dios.
Ven y sé nuestro único rey.
Que todos los que viven
en la tierra te obedezcan,
como te obedecen
los que están en el cielo.
Danos la comida que necesitamos hoy.
Perdona el mal que hacemos,
así como nosotros perdonamos
a los que nos hacen mal.
Y cuando vengan las pruebas,
no permitas que ellas nos aparten de ti,
y líbranos del poder del diablo.”
»Si ustedes perdonan a otros el mal que les han hecho, Dios, su Padre que está en el cielo, los perdonará a ustedes. Pero si ustedes no perdonan a los demás, tampoco su Padre los perdonará a ustedes.»
Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.
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