Reflexiona:

«Les aseguro que quien haya dejado algo por seguirme y por anunciar las buenas noticias, recibirá su premio.»

Piensa:

En un pueblo remoto vivía un hombre muy pobre que entre sus pocas pertenencias tenía una pequeña moneda de cobre la cual cuidaba como su posesión más valiosa y la pulía continuamente para que no perdiera su brillo. Un día llegó a su puerta un anciano y le ofreció una pequeña caja de madera bastante descuidada y le dijo que se la cambiaba por su moneda. El hombre miró la caja y se negó porque sintió que su moneda era más valiosa. El anciano se fue y pocos días después se enteró que el anciano había ido a casa de una viuda y le dio aquella caja a cambio del anillo de plata que le habían dado el día de su boda. Pero al abrir la caja la viuda encontró dos hermosas perlas.

El Evangelio de hoy se centra en el diálogo de Jesús y sus discípulos, después del encuentro con el joven rico. El joven no quiso dejar sus bienes para seguir a Jesús, mientras que los discípulos habían accedido a dejar todo atrás y seguir sus pasos. Seguramente que no fue cosa fácil, quizá no dejaron mucho, pero era todo lo que tenían. Sin embargo, Jesús les consuela y les promete que cuanto han dejado se les regresará multiplicado.

Algunas veces nos pasa como el hombre de la historia anterior, tenemos cosas que valoramos y nos cuesta mucho desprendernos de ellas, sobre todo cuando Dios nos pide seguirlo, claro que no es un ofrecimiento muy atractivo, nos advierte que es un camino largo y difícil, que sufriremos rechazo y burla; incluso podemos llegar a poner en peligro nuestras vidas. Seguramente, la caja no es muy bonita, pero Jesús nos recuerda que el Padre es inmensamente generoso y no nos dejará con las manos vacías, a cambio de esa pequeña moneda de cobre nos ofrece una gran riqueza, la alegría y la paz eterna que no podremos comprar con nada de este mundo.

Pregúntate: ¿Estás listo para dejar todo y seguir a Jesús? ¿Cuál es el camino que te invita a recorrer: la vida matrimonial, la vida seglar, la vida religiosa? ¿Cuál es esa moneda de cobre de la que te da miedo desprenderte?

Dialoga:

Señor Jesús, ayúdame a ser desprendido con las cosas que tu me has dado, para poder seguirte fielmente. Que sepa ser generoso y poner a tu servicio todo cuanto tengo, para que nada me aparte de tu amor, sino por el contrario que sean herramientas que me ayuden a estar más cerca de ti y de mis hermanos.

Concéntrate:

Repite varias veces durante el día: «Señor, que no tenga miedo de dejar todo atrás»

Recalculando:

Para ir redireccionando tu vida hacia el Evangelio, te invitamos a que, con algo que tú valores mucho, puedas ofrecerlo a los demás. No se trata solo de algo material, puede ser que tú valores mucho tu tiempo libre y entonces ofrece ese tiempo libre para ayudar a alguien que lo necesita verdaderamente. Verás que cuando entregas algo tuyo a quien lo necesita irás dándote cuenta de que tu vida va por el buen camino.

Texto del Evangelio de hoy: San Marcos 10:28-31

Pedro le dijo:

—Recuerda que nosotros hemos dejado todo lo que teníamos y te hemos seguido.

Jesús les respondió:

—Les aseguro que quien haya dejado algo por seguirme y por anunciar las buenas noticias, recibirá su premio. Si dejó a sus hermanos o hermanas, a su padre o a su madre, a sus hijos, su casa o algún terreno, recibirá en esta vida cien veces más casas, terrenos y familiares, aunque también será maltratado por sus enemigos. Y cuando muera, vivirá con Dios para siempre; pero muchos que ahora son importantes, serán los menos importantes; y muchos que ahora no son importantes, serán los más importantes.

Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.