Reflexiona:
«Te doy gracias porque no mostraste estas cosas a los que saben mucho y son sabios, sino que las mostraste a los niños.»
Piensa:
La sencillez es una virtud que, paradójicamente, no es sencilla de practicar. Para vivir en la sencillez es necesario ser humilde y tener una madurez emocional y mental.
Poco tiene que ver con la pobreza material o un bajo perfil social, sino más bien, con la capacidad de disfrutar y valorar las pequeñas cosas de una manera profunda.
En la vida espiritual son muchos los ejemplos que tenemos de personas que viviendo en la sencillez llegaron a la verdadera grandeza, la que nos da un espíritu de entrega y servicio a los demás. Pareciera contradictorio, pero es la sencillez la que nos hace extraordinarios, porque, lamentablemente, la sencillez está subvalorada en nuestra sociedad, que nos enseña que cuanto más tienes más vales y que nos invita a ser presuntuosos incluso de lo que no tenemos.
Todos los días vemos las redes sociales inundadas de fotos de «deliciosas comidas», «parejas felices», «viajes emocionantes»; pero muchas veces la realidad detrás de esa «felicidad» es un espíritu inseguro que necesita aparentar ante los demás para poder sentirse valioso.
Por eso el mensaje del Evangelio de hoy muchas veces queda resonando en el vacío. Nos parece irracional pensar que la grandeza está en lo sencillo y no en lo fastuoso. Hoy Jesús nos recuerda que solamente los corazones humildes pueden develar los misterios de Dios, solo las almas sencillas pueden llenarse del amor de Cristo. ¿Por qué? Porque están vacías de egos y orgullo, así que tienen espacio para recibir las cosas con verdadero valor.
El mensaje de hoy es una invitación para sacar de nuestros corazones los miedos e inseguridades que hemos ido construyendo, y dejarnos libres para recibir las gracias de Dios, presentarnos ante el con un alma sin todo el lastre del pasado, y con la convicción de construir un mejor futuro a su lado.
Te invitamos a reflexionar. ¿Cuáles son esas cosas que te alejan de la sencillez? ¿Qué actitudes contrarias a la humildad te han alejado del camino del servicio desinteresado a tus hermanos? ¿Cuál es el cambio que te invita a realizar el evangelio de hoy?
Dialoga:
Señor Jesús, muchas veces me dejo llevar por la vanidad y el egoísmo, sin darme cuenta de que esas actitudes me alejan de tu amor y del propósito de mi existencia. Te pido que me ayudes a tener un corazón más humilde para poder experimentar de manera verdadera tu amor y tus bendiciones y así poder ser un mejor discípulo y mensajero de tu evangelio.
Concéntrate:
Repite varias veces durante el día: «Señor, dame un corazón humilde»
Recalculando:
Si hoy hicieras una lista de cinco cosas que pudieras mejorar y entre esas cinco, eliges sólo una, ¿cuál situación mejorarías? ¿Crees que haciéndolo puedes ser más sencillo y vivir más feliz? Inténtalo, la felicidad se va conquistando día a día y una de las actitudes es la sencillez de vida. Trata de que sea algo concreto, que inclusive los demás puedan notar.
Texto del Evangelio de hoy: San Mateo 11:25-27
En ese momento, Jesús se dirigió a Dios y le dijo:
«¡Padre, tú gobiernas en el cielo y en la tierra! Te doy gracias porque no mostraste estas cosas a los que saben mucho y son sabios, sino que las mostraste a los niños. Y todo, Padre, porque tú así lo has querido.»
A los que estaban allí les dijo:
«Mi Padre me ha dado todo, y es el único que me conoce, porque soy su Hijo. Nadie conoce a mi Padre tan bien como yo. Por eso quiero hablarles a otros acerca de mi Padre, para que ellos también puedan conocerlo.»
Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.
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