Reflexiona:

“…oirán que hay guerras y revoluciones en algunos países, pero no se asusten … todavía no será el fin”.

Piensa:

«Nada es para siempre», reza un dicho popular y aunque somos conscientes de esta realidad, es casi imposible no sentir cierto grado de temor cuando hablamos del futuro, el fin de la vida, el fin del mundo. A partir del año 2012 se empezó a usar el término «docefobia», que describe a esa ansiedad incontrolable que llegan a sufrir algunas personas por el fin del mundo. Pero ¿a qué le tenemos miedo? ¿Qué nos da miedo perder: estabilidad, comodidades, familia, dinero, la vida?

Generalmente el miedo al futuro nos hace actuar de manera contradictoria, por un lado, vivimos sin planear pensando que más adelante podremos corregir o hacer cambios; pero al mismo nos asusta la incertidumbre de un futuro desconocido e incontrolable. Buscamos señales, seguros que nos permitan calmar nuestro miedo sobre un mañana que tal vez no llegue. Vemos desastres naturales, el futuro poco prometedor para la ecología y las advertencias de los científicos de que estamos llevando al límite la resistencia de nuestro planeta.

A nadie le gusta pensar en el fin de los tiempos, nos da miedo el tema apocalíptico, pensamos en el como un gran desastre que arrasará con todo lo que conocemos y que atesoramos.

Pero ante esta ansiedad Jesús se dirige a cada uno de nosotros y nos consuela: «no te turbes», no temas; hoy al igual que hace dos mil años, Jesús nos pide confiar en su amor, dejar en sus manos nuestros temores, y simplemente dejarnos guiar por su amor.

Jesús conoce la debilidad que puede causar el temor, como puede quebrantar la fe y la esperanza, sabe que muchos utilizan este miedo para controlar a las masas, sabe que hay quienes lucran con las señales de destrucción, por eso no debemos prestar atención a esas personas que nos quieren hacer creer que conocen el día y la hora. No temas.

Sí hay guerras y destrucción, pero no es el final. No dejes que el temor gobierne tu vida. Confía y sigue adelante, aprovecha cada día para hacer lo correcto, para hacer el bien. Que la incertidumbre del mañana no arruine la oportunidad de disfrutar el hoy.

Dialoga:

Señor Jesús, sé que me amas y que todo cuánto sucede no es fortuito, sino señales del camino que debo tomar hasta volver a tu presencia. Ayúdame a ser valiente y a no temer al futuro, enséñame a valorar y disfrutar el presente, dedicando cada momento a servir a mis hermanos para ser un mensajero de tu amor en el mundo.

Concéntrate:

Repite varias veces durante el día: «Señor, ayúdame a perder el miedo»

Recalculando:

Seguramente conoces alguna persona en tu entorno que tiene algún miedo. Puede ser a no pasar un examen, a perder el empleo, a que aquella persona de la que está enamorada le diga que no… son tantos los miedos de hoy, que te invito a que encuentres a tu alrededor a esa persona y puedas estar cerca para darle ánimos y decirle que no debe tener miedo. Que el Señor la acompaña. Y puedes también acompañar a esta persona en su oración. Será un buen momento para dar testimonio cristiano.

Texto del Evangelio de hoy: San Lucas 21:5-11

Algunas personas estaban hablando de los hermosos bloques de piedra que se habían usado para construir el templo, y de los preciosos adornos colocados en sus paredes. Jesús dijo: «Llegará el momento en que todo esto será destruido. ¡Ni una sola pared del templo quedará en pie!»

Los discípulos le preguntaron a Jesús:

—¿Cuándo será destruido el templo? ¿Cuál será la señal de que todo eso está por suceder?

Jesús les respondió:

—¡Cuidado! No se dejen engañar. Muchos vendrán y se harán pasar por mí, diciendo a la gente: “Yo soy el Mesías”, o “Ya ha llegado la hora”. Pero no les hagan caso. Ustedes oirán que hay guerras y revoluciones en algunos países, pero no se asusten. Esas cosas pasarán, pero todavía no será el fin del mundo. Los países pelearán unos contra otros, y habrá grandes terremotos en muchos lugares. En otras partes, la gente no tendrá nada para comer, y muchos sufrirán de enfermedades terribles. En el cielo aparecerán cosas muy extrañas, que los harán temblar de miedo.

Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual  ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.