Reflexiona:

«A ustedes les basta mirar el aspecto del cielo y de la tierra para saber si el tiempo será bueno o malo. ¡Pero miran lo que yo hago, y no son capaces de entender que son señales de Dios!»

Piensa:

Hace muchos años, un muchacho vecino de mi familia y participante en grupos de la iglesia tuvo un accidente mientras manejaba, alguien en su vehículo muy rápido por otra calle y en estado de ebriedad, lo chocó y nuestro vecino quedó muy golpeado y sufrió daños graves. Aunque toda la familia era cristiana, su papá se declaraba ateo. Pero cuando vio a su hijo tan grave, delante de todos los que lo acompañábamos en el hospital dijo: «Yo no creo en Dios, pero si mi hijo se salva, entonces comenzaré a creer”. Él necesitaba un milagro. Y desafió a Dios para que, si de verdad existía y era el creador, interviniera en el cuerpo muy dañado de su hijo. Tristemente el joven falleció por las lesiones y finalmente no sabemos qué pasó con la fe de su papá.

¿Te suena conocida esa historia? Cuántas veces desafiamos al Señor diciéndole: “Si me va bien en el examen… si el médico me encuentra sano… si puedo tener un puesto de trabajo mejor… si me gano la lotería… si consigo una buena pareja…». Tantas veces desafiamos a Dios, exigiéndole pruebas que él existe y nos protege, incluso en nuestras fechorías y cosas que no son tan buenas nosotros le pedimos que intervenga en nuestro favor.

Dios existe, es el creador de todo el universo y busca a los seres humanos para ofrecerles volver a su casa, luego de que la humanidad le diera la espalda. Él mandó a su Hijo único a salvarnos, es Jesús, el Señor. Y Dios sólo quiere nuestro bien, pero no nuestros caprichos. Por eso es bueno recordar que las señales que pedimos a Dios él nos las ha dejado ya. Mira las cosas buenas de la vida, enfócate en estos momentos buenos, dar gracias y no poner a prueba al Señor, porque esto atenta contra los mandamientos.

Dialoga:

Señor Jesús, quiero darte gracias por el don de la vida y por todo lo que recibo cotidianamente. Es cierto que la sociedad me presenta muchas cosas que aún no alcanzo para creer en mi felicidad. Pero hoy quiero concentrarme en el agradecimiento. Perdona si te he puesto a prueba o si he dudado de tu existencia. Hoy recibo con alegría el don de la fe y no te pido señales, te pido humildemente que acrecientes mi fe y mi esperanza. Amén

Concéntrate:

Repite varias veces durante el día: «Señor, enséñame a ser agradecido»

Recalculando:

Para redirigir tu vida de acuerdo al Evangelio de hoy, te invito a concentrarte especialmente en el agradecimiento al Señor. Tómate un momento en silencio, escucha tu interior, repite alguna oración conocida y da gracias por la vida y por lo que tienes a tu lado. Y como prueba de ello, coméntale a alguna persona que esté cerca de ti, cuán agradecido estás con el Señor, esto te dará la seguridad que vas por buen camino.

Texto del Evangelio de hoy: San Lucas 12:54-59

Jesús le dijo a la gente:

«Cuando ustedes miran hacia el oeste, y ven una nube en el cielo, dicen: “¡Va a llover!”; y en verdad llueve. Y si ven que sopla viento desde el sur, dicen: “¡Va a hacer calor!”; y así pasa. ¿A quién tratan de engañar? A ustedes les basta mirar el aspecto del cielo y de la tierra para saber si el tiempo será bueno o malo. ¡Pero miran lo que yo hago, y no son capaces de entender que son señales de Dios!

»Elige hacer lo correcto. Si alguien te acusa de hacer algo malo en su contra, arregla el problema con esa persona antes de que te entregue al juez. De lo contrario, el juez le ordenará a un policía que te lleve a la cárcel. Te aseguro que sólo saldrás cuando hayas pagado hasta el último centavo.»

Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual  ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.