Reflexiona:
Jesús les dijo: «Hoy se ha cumplido ante ustedes esto que he leído».
Piensa:
Cuando vamos a realizar un viaje, mientras más largo sea, es necesario planearlo: desde el transporte, la ruta a seguir, las escalas si las hay, el hospedaje, los gastos, eventos y lugares que queremos visitar, etc.
Pues en la vida nos sucede lo mismo, necesitamos tener muy en claro de dónde venimos, hacia donde vamos, y más importante aún, qué cosas es necesario hacer para poder cumplir con ese plan. Tristemente pocas veces nos preocupamos por planear nuestras vidas tanto como lo hacemos con nuestras vacaciones; y vamos por la vida simplemente «pasándola», sin tener un plan claro de qué queremos lograr, y por lo tanto no sabemos qué tan cerca o lejos estamos de la realización humana, personal y espiritual.
Hoy Jesús nos demuestra como él tenía muy en claro qué tenía que hacer, sabía a qué estaba llamado, y durante su vida se esforzó por cumplir su propósito, cada una de sus acciones tenía un propósito claro, y no improvisaba su día a día. Esto claro no fue cosa de la casualidad ni de poderes especiales; sino de un gran autoconocimiento y una estrecha relación con Dios, nuestro Padre.
Y como tenía muy claro cual era su misión, no permitía que los obstáculos ni las críticas lo desviaran de su propósito, incluso cuando fue rechazado por decir la verdad y hacer el bien, el simplemente se retiraba y continuaba cumpliendo con su obra.
Hay personas que pasan su vida aislados tratando de encontrarse, otras se dedican a probar de todo para encontrar su vocación, pero hoy el Evangelio nos invita a imitar a Jesús en esa actitud de compromiso y confianza, que solo se construyen a base de reflexión, oración y sobre todo servicio a los demás.
¿Alguna vez te has puesto a pensar sobre qué estas haciendo de tu vida, y si el lugar donde estás ahora es el correcto? ¿Tienes claro hacia donde te está llevando el estilo de vida que tienes? ¿Es el adecuado? Y si no estás a gusto con tus logros y el camino que estás siguiendo ¿qué cambios necesitas hacer?
Dialoga:
Señor Jesús, hoy tus palabras me recuerdan que Dios, nuestro Padre, tiene un plan para cada uno de nosotros, y que nuestra existencia en este mundo no es casualidad ni accidente; ayúdame a saber encontrar el camino adecuado para cumplir con la misión de mi vida. Dame la gracia de saber crear una relación estrecha a través de la oración para saber hacer los cambios adecuados en mi vida, y conducirme por el camino correcto siempre.
Concéntrate:
Repite varias veces durante el día: «Señor, que sepa cumplir la misión que tienes para mí»
Recalculando:
Para tomar una forma de revisar el GPS espiritual te invitamos a que tomes una idea que en tu vida has querido hacer y por algún motivo no la has realizado. Eso debe ser dirigido al bien de alguna otra persona. Esa visita a una persona que está sola, o que necesita tu cercanía. Tal vez es más fácil de hacer, piénsalo para hacer hoy, y verás al final del día que bien te va.
Texto del Evangelio de hoy: San Lucas 4:16-30
Después volvió a Nazaret, el pueblo donde había crecido.
Un sábado, como era su costumbre, fue a la sinagoga. Cuando se levantó a leer, le dieron el libro del profeta Isaías. Jesús lo abrió y leyó:
«El Espíritu de Dios está sobre mí,
porque me eligió y me envió
para dar buenas noticias a los pobres,
para anunciar libertad a los prisioneros,
para devolverles la vista a los ciegos,
para rescatar a los que son maltratados
y para anunciar a todos que:
“¡Éste es el tiempo que Dios eligió
para darnos salvación!”»
Jesús cerró el libro, lo devolvió al encargado y se sentó. Todos los que estaban en la sinagoga se quedaron mirándolo. Entonces Jesús les dijo: «Hoy se ha cumplido ante ustedes esto que he leído.»
Todos hablaban bien de Jesús, pues se admiraban de lo agradables que eran sus enseñanzas. La gente preguntaba:
—¿No es éste el hijo de José?
Jesús les respondía:
—Sin duda ustedes me recitarán este dicho: “¡Médico, primero cúrate a ti mismo!”
»Ustedes saben todo lo que he hecho en Cafarnaúm, y por eso ahora me pedirán que haga aquí lo mismo. Pero les aseguro que ningún profeta es bien recibido en su propio pueblo. Hace muchos años, cuando aún vivía el profeta Elías, no llovió durante tres años y medio, y la gente se moría de hambre. Y aunque había en Israel muchas viudas, Dios no envió a Elías para ayudarlas a todas, sino solamente a una viuda del pueblo de Sarepta, cerca de la ciudad de Sidón. En ese tiempo, también había en Israel muchas personas enfermas de lepra, pero Eliseo sanó solamente a Naamán, que era del país de Siria.»
Al oír eso, los que estaban en la sinagoga se enojaron muchísimo. Entonces sacaron de allí a Jesús, y lo llevaron a lo alto de la colina donde estaba el pueblo, pues querían arrojarlo por el precipicio. Pero Jesús pasó en medio de ellos, y se fue de Nazaret.
Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.
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