Una historia para reflexionar

Quizás has escuchado la historia sobre El padre, el hijo y el burro en la que un hombre y su hijo viajan a través de varios pueblos en donde reciben críticas por cómo usan su burro...ora lo monta el padre o el hijo, ora lo montan los dos o ninguno. Sea como sea, siempre son criticados por los demás. Aunque muchos quizás concluirían con un «lo que dice la gente no importa», debemos ser cuidadosos de no llegar a tal conclusión tan apresuradamente. La Biblia nos enseña principios que debemos tener en cuenta cuando escuchamos a los demás expresar su opinión.

Cómo no usar lo que dicen los demás

Para determinar tu valor

La envidia, el enojo y la discriminación pueden decir muchas cosas en contra tuya. No permitas que esas palabras determinen tu valor. Ponte la armadura de Dios para que puedas hacer frente a las artimañas del diablo (Efesios 6:10–18). Si recibimos a Jesús, Dios nos ha hecho sus hijos (Juan 1:12), herederos, (Romanos 8:17), escogidos (1 Pedro 2:9), reyes y sacerdotes (Apocalipsis 1:6). Escuchemos la voz de Dios que es la verdad que nos guía (Juan 17:17; Salmos 119:105; 2 Timoteo 3:16-17).

Por el otro lado, ten cuidado al recibir elogios. Si bien es cierto que a veces necesitamos que alguien nos levante el ánimo o nos ayude a recordar quiénes somos, no dejemos que las palabras de alabanza de otros nos lleven a una posición de menosprecio hacia los demás. Pablo nos dice que veamos a los demás como superiores a nosotros (Filipenses 2:3) y Jesús nos enseñó que debemos servir a los demás (Mateo 20:26-27).

Cómo sí usar lo que dicen los demás

Para ejercitar la compasión

Muchas veces detrás de una crítica podemos encontrar una necesidad de quien critica. En ocasiones las personas critican a los demás porque están frustradas por no tener lo que quieren y sienten egoísmo. Este egoísmo puede demostrar un sentido de valor personal muy bajo basado en cantidad de posesiones o en circunstancias temporales. ¿Qué nos dice Jesús que hagamos al respecto?

«...Amen a sus enemigos, bendigan a los que los maldicen, hagan bien a los que los odian, y oren por quienes los persiguen».
Mateo 5:44b 

Para recibir dirección

Independientemente de quién nos critique o cómo los demás nos compartan sus opiniones, si analizamos sus comentarios, quizás podremos encontrar algo de verdad que nos puede ayudar a crecer en nuestro carácter. Lo que tenemos que hacer es ser honestos y humildes para reconocer las áreas en que podemos mejorar. Pongamos atención especial si los comentarios vienen de un superior (jefe o líder de la iglesia), cónyuge, hijo, o de alguna persona que nos ama. Si sabemos con certeza cuál es nuestra identidad, podremos, con mayor facilidad, poner los comentarios en el contexto de cambiar nuestro «hacer» (cómo actuamos o nos desempeñamos), en lugar de nuestro «ser» (quiénes somos).

Sin embargo, si bien es cierto que en muchas críticas podemos encontrar algo de verdad, ejercitemos la sabiduría para identificar los comentarios que son simplemente negativos. Con ellos lo que tenemos que hacer es lo que hizo Jesús cuando el enemigo quiso convencerlo con mentiras cuando fue tentado: Jesús citó la Palabra (Lucas 4:1-13). La manera en la que Jesús actuó implica que conocía, había memorizado y creía esa Palabra.

Como último punto, quiero enfatizar la importancia de tres prácticas que nos pueden ayudar a distinguir qué hacer con las opiniones de los demás:

Estudia la Biblia:

«Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra».
2 Timoteo 3:16–17 

Pídele sabiduría a Dios:

«Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie».
Santiago 1:5 

Escoge tus consejeros:

«…el éxito depende de los muchos consejeros».
Proverbios 11:14b

Puedes aprender más sobre cómo elegir a tus consejeros en este artículo.

Como conclusión, cada vez que escuches las opiniones de los demás sobre ti, tómalo como una oportunidad para ejercitar sabiduría y actuar de acuerdo con la Palabra de Dios.