Reflexiona:
Cuando un comerciante, encuentra una joya muy valiosa, vende todo lo que tiene, y va y la compra.
Piensa:
Hace poco caminaba por un centro comercial con unos amigos y uno de ellos entró en una tienda de gafas de sol y estaba obsesionado con unas «de marca» bastante cara. A mí me pareció algo exagerado gastar dinero en algo así y le dije «¿Quién va a saber que son de marca?» y el muy serio me dijo: «Yo».
Y bueno, hoy mientras meditaba el Evangelio, recordé este evento porque los dos personajes de los que nos habla tienen algo en común: al encontrar aquello tan valioso, supieron reconocer su valor y por eso van y se deshacen de todo cuanto tienen para ir y comprarlo. No por lo que dijeran los demás, no fueron a pedir opiniones; simplemente porque ellos consideraron que valía la pena.
Y es cierto, el reino de Dios es muy valioso y vale la pena, pero muchas veces nos pasa que no sabemos reconocer su valor. Podemos toparnos con una perla muy fina, pero si no tenemos la habilidad para reconocerlo pues pasaremos de largo. Por eso es importante aprender a valorar las cosas realmente importantes, ir por la vida mirando con el corazón, para no quedarnos en lo superficial.
El texto de hoy es un recordatorio de que la felicidad está ahí frente a nosotros, solo es necesario tener los ojos bien abiertos para saber reconocerla y tomarla. Muchas personas han dejado todo cuando se encuentran con el reino de Dios, tantos hombres y mujeres que se consagran, dejan todo cuanto tienen y van detrás de una vida de servicio y de amor a Dios. Pero también aquellos que en la vocación al matrimonio encuentran la forma de vivir en Dios. Van, dejan lo que tienen y se disponen a iniciar una nueva vida con la persona que Dios les ha enviado.
Y así, cada uno de nosotros está llamado a encontrar esa felicidad, por ello mantengámonos alertas para saber tomarla en cuanto aparezca frente a nosotros.
Dialoga:
Señor Jesús, te doy gracias por permitirme conocerte y experimentar tu amor. Te pido que me ayudes a saber valorar las cosas realmente importantes, aquellas que alimentan el alma, y no dejarme llevar por los placeres efímeros que me ofrece el mundo. Dame la sabiduría para saber elegir siempre lo que me acerca cada día más a ti.
Concéntrate:
Repite varias veces durante el día: «Señor, que sepa valorar lo importante»
Recalculando:
Para recalcular tu vida a partir del texto de hoy te invito que hagas un análisis personal sobre lo que verdaderamente valoras. Algo que para ti tenga mucho valor puede ser un objeto material, puede ser un libro, puede ser alguna ropa. La pregunta es que si tú pudieras darle eso a alguien que tal vez lo necesite. El desprendimiento te hace más libre, porque aprendes a poner valor también en las cosas espirituales. Con ese fin realizas esta acción redireccionando tu ruta.
Texto del Evangelio de hoy: San Mateo 13:44-46
«Con el reino de Dios pasa lo mismo que con un tesoro escondido en un terreno. Cuando alguien lo encuentra, lo vuelve a esconder; y después va muy alegre a vender todo lo que tiene para comprar el terreno y quedarse con el tesoro.
»El reino de Dios también se parece a un comerciante que compra joyas finas. Cuando encuentra una joya muy valiosa, vende todo lo que tiene, y va y la compra».
Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.
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