Reflexiona:
«El grano de trigo no produce nada, a menos que caiga en la tierra y muera. Y si muere, da una cosecha abundante».
Piensa:
La historia está llena de personajes exitosos que han logrado triunfar solo después de sufrir grandes reveses que les incitaban a abandonar sus sueños: Walt Disney, Steve Jobs, Michael Jordan, etc. Quizá nosotros mismos conozcamos a alguien que «después de tocar fondo», pudo encontrar la fuerza para resurgir fortalecido y lograr sus ideales más profundos. Y es que la vida es así, nos lleva a experimentar nuestros límites para realizarnos plenamente.
La vida espiritual no es tan diferente, la Iglesia está llena de santos y mártires que han sido sometidos a grandes pruebas físicas y emocionales, enfermedades, persecución, encarcelamiento, tortura; pero a pesar de todo se mantuvieron firmes a su fe y a Cristo, y eso les ha concedido un lugar privilegiado en los altares alrededor del mundo, y en el cielo.
Hoy el Evangelio nos hace un nuevo llamado a la entrega total y desinteresada a Dios. En este pasaje Jesús hablaba quizá de sí mismo, sobre su propia muerte, pero también estaba invitando a sus discípulos, y a nosotros, a no tener miedo cuando nos enfrentemos a las dificultades de vivir una vida acorde a la voluntad de Dios, porque muchas veces nos llevará por caminos dolorosos, nos hará sentir que el sacrificio es demasiado; pero también nos recuerda que si nos mantenemos firmes hasta el final, nuestra recompensa será grande.
Hoy Jesús te está hablando a ti, que estás pasando por un periodo de dolor o de duda, que sientes que los problemas se acumulan y la desesperación empieza a invadir tu corazón. Te llama a mantenerte firme, a resistir, a no perder la fe. Te invita a ser una semilla que tiene que morir para convertirse en una planta fecunda, no tengas miedo a pasar las pruebas más difíciles, porque al final todo valdrá la pena.
Dialoga:
Señor Jesús, las dificultades de la vida muchas veces me hacen dudar de tu presencia, por eso te pido que me ayudes a fortalecer mi fe, para que en cada dificultad sepa encontrar la forma de alabarte y darte gloria. Dame la fuerza para resistir hasta el final, para que al igual que la semilla, sepa morir a mi yo del pasado y pueda renacer de nuevo en tu amor para dar un fruto abundante.
Concéntrate:
Repite varias veces durante el día: «Señor, ayúdame a resistir las dificultades»
Recalculando:
Para actuar de acuerdo con una dirección de vida que coincida con el evangelio, te invito a que hagas una acción en favor en de alguien que esté sufriendo, que necesite de verdad tu asistencia. Puede ser en un centro de salud, puede ser a través de alguna asociación de ayuda. Lo importante es que tú mismo tomes contacto con las personas, las escuches, y tal vez lo que tengas que dar es tu tiempo. De esta manera, te vas asegurando la identidad cristiana para ti mismo.
Texto del Evangelio de hoy: San Juan 12:24-26
«Ustedes saben que el grano de trigo no produce nada, a menos que caiga en la tierra y muera. Y si muere, da una cosecha abundante. Si ustedes consideran que su vida es más importante que obedecerme, no tendrán vida eterna. Pero si consideran que su vida en este mundo no es importante, y me obedecen, entonces tendrán vida eterna. Si alguno de ustedes quiere servirme, tiene que obedecerme. Donde yo esté, ahí también estarán los que me sirven, y mi Padre los premiará».
Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.
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