Reflexiona:

«hay que echar vino nuevo en recipientes de cuero nuevo»

Piensa:

Muchas personas jóvenes piensan que el cristianismo se está envejeciendo, y no nos referimos a los dos mil años de existencia, sino a la poca, y en muchos lugares nula, participación de gente joven en los movimientos cristianos, al frente del trabajo de pastoral, de vocaciones humanas, de servicio y religiosa. Los jóvenes se están yendo de la Iglesia, y no es por falta de fe, sino por falta de identidad.

Los comentarios constantes en las encuestas a los jóvenes dicen que ellos no se sienten parte de la Iglesia, los métodos, medios y lenguaje están «pasados de moda», los movimientos, apostolados y espacios para los jóvenes son como esos odres viejos que se han visto superados ante la ola de nuevo vino, no han sido lo suficientemente rápidos para adaptarse a las nuevas ideas, y para encaminar la energía y aptitudes de las nuevas generaciones.

Existen muy buenas propuestas, pero siguen siendo esfuerzos focalizados, y por ello es importante, es necesario que todos nos sintamos urgidos a aportar, los jóvenes no debemos solo criticar a la Iglesia o a los pastores, sino que debemos participar activamente para renovar a la Iglesia, nuestra Iglesia. Los no tan jóvenes no debemos limitarnos a seguir las mismas técnicas y lenguaje del pasado, debemos abrir nuestras mentes para buscar nuevas y mejores formas de comunicar la Palabra de Dios.

El Evangelio de hoy es una invitación a ser agentes promotores de la renovación, sin caer en extremismos liberales o conservadores; sino poniendo siempre por encima de todo el amor, la humildad y el servicio. Es un llamado a ser odres nuevos, vino nuevo… porque solo así seremos capaces de renovar nuestra Iglesia.

¿Estás al tanto de las actividades en tu zona en el marco del Sínodo de los Jóvenes? ¿Has participado? ¿Has promovido estas actividades? Te invitamos a informarte y a participar activamente.

Dialoga:

Señor Jesús, siempre nos has llamado a mantener vigente la Palabra de Dios y nos diste un claro ejemplo de que renovar no significa cambiar el sentido de las cosas, sino a cambiar la forma de acercar a las personas para comprometerse con el servicio. Ayúdame a ser un agente promotor de esta renovación para que la labor de la Iglesia continúe como es tu voluntad.

Concéntrate:

Repite varias veces durante el día: «Señor, ayúdame a ser un agente del cambio»

Recalculando:

Estamos seguros de que alguna vez tuviste una idea de hacer algún servicio nuevo para la comunidad, o atender alguna situación que se necesitaba. Pero, por algún motivo, dejaste de hacerlo. Hoy te invitamos a que tomes esta idea, te vuelvas a centrar en ese servicio y hagas una acción para poner en movimiento ese deseo. Luego evalúa cómo te has sentido, verás que tu vida toma un nuevo color, una dimensión diferente de servicio.

Texto del Evangelio de hoy: San Lucas 5:33-39

Algunas personas le dijeron a Jesús:

—Los discípulos de Juan el Bautista y los seguidores de los fariseos siempre dedican tiempo para ayunar y para orar. Tus discípulos, en cambio, nunca dejan de comer y de beber.

Jesús les respondió:

—Los invitados a una fiesta de bodas no ayunan mientras el novio está con ellos. Pero llegará el momento en que se lleven al novio, y entonces los invitados ayunarán.

Jesús también les puso esta comparación:

«Si un vestido viejo se rompe, nadie corta un pedazo de un vestido nuevo para remendar el viejo. Si lo hace, echa a perder el vestido nuevo. Además, el remiendo nuevo se verá feo en el vestido viejo.

»Tampoco se echa vino nuevo en recipientes viejos porque, cuando el vino nuevo fermente, hará que reviente el cuero viejo. Entonces se perderá el vino nuevo, y los recipientes se destruirán. Por eso, hay que echar vino nuevo en recipientes de cuero nuevo.

»Además, si una persona prueba el vino viejo, ya no quiere beber vino nuevo, porque habrá aprendido que el viejo es mejor.»

Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual-  ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.