Reflexiona:

«Dios bendice a los que sufren, pues él los consolará».

Piensa:

No importa cuán fuerte creamos ser, o que tan autosuficientes nos guste sentirnos; siempre tendremos la necesidad de que en medio de una tribulación alguien nos diga: «todo saldrá bien».

Todos los días el mundo nos enfrenta a «batallas personales» en las que se ponen a prueba nuestras virtudes. No es fácil seguir siendo honesto en un mundo que nos dice que «el que no tranza no avanza»; no es fácil responder con serenidad a un mundo que nos grita y nos ofende; no es sencillo ser justo cuando se nos presenta la oportunidad de desquitarnos de quien nos ha hecho daño. Pero debemos hacerlo. Esos son los momentos que forjan el carácter y nos muestran quiénes somos realmente.

No importa qué tan oscuro se vea el día, o que las nubes oscuras se vislumbren en el horizonte; Jesús nos dice: «todo estará bien», después de la noche la luz siempre reina, y cuando la lluvia termina el arcoíris se levanta triunfante.

Es posible que en estos momentos tengas algún conflicto interno, alguna preocupación o dolor en el alma; no te preocupes, solo confía; confía en Jesús que nos ha prometido el consuelo. Claro que no se trata de quedarnos sentados ante las dificultades, debemos trabajar cada día para salir adelante, pero no con desesperación, sino confiando en que nuestro esfuerzo será recompensado.

No desfallezcas, no te rindas ante las dificultades, no dejes que la desesperación invada tu corazón, en este nuevo mes que inicia con la fiesta de Todos los Santos, la Iglesia recuerda a los hombres y mujeres, que como tú y como yo, vivieron una vida ordinaria, con tristezas, conflictos emocionales, persecución social y política… pero que se mantuvieron firmes en su fe y hoy, los recordamos como ejemplos de lo que aspiramos a ser.

Sigue adelante, sigue esforzándote, sigue amando, sigue confiando, sigue perdonando… tu recompensa está cerca. No te rindas. Feliz día, feliz noviembre.

Dialoga:

Señor Jesús, no me has prometido un camino fácil, pero si un sendero que vale la pena recorrer a tu lado. Dame la fortaleza para mantenerme firme ante las dificultades y no permitas que la desesperanza anide en mi corazón; alimenta mi fe, para que sepa encontrar el camino en medio de la oscuridad, hasta tu luz.

Concéntrate:

Repite varias veces durante el día: «Señor, ayúdame a mantenerme firme en la fe»

Recalculando:

Para saber que podemos redireccionar nuestra vida de acuerdo con el Evangelio de hoy, te invito muy especialmente a que puedas acompañar e invertir tu tiempo con alguna persona que sufre por algún motivo. Puede ser por su salud, su situación marginal en la sociedad, o por alguna razón diferente. El asunto es que tú decidas tomar tu tiempo para compartirlo en nombre del Señor con alguien que sufre. Verás que quien se beneficia eres tú, y esto forja tu personalidad cristiana.

Texto del Evangelio de hoy: San Mateo 5:1-12a

Cuando Jesús vio a tanta gente, subió a una montaña y se sentó. Los discípulos se le acercaron, y él comenzó a enseñarles:

«Dios bendice a los que confían
totalmente en él,
pues ellos forman parte de su reino.
Dios bendice a los que sufren,
pues él los consolará.
Dios bendice a los humildes,
pues ellos recibirán la tierra prometida.
Dios bendice a los que desean la justicia,
pues él les cumplirá su deseo.
Dios bendice a los que son compasivos,
pues él será compasivo con ellos.
Dios bendice a los que tienen
un corazón puro,
pues ellos verán a Dios.
Dios bendice a los que trabajan
para que haya paz en el mundo,
pues ellos serán llamados hijos de Dios.
Dios bendice a los que son maltratados
por practicar la justicia,
pues ellos forman parte de su reino.

»Dios los bendecirá a ustedes cuando, por causa mía, la gente los maltrate y diga mentiras contra ustedes. ¡Alégrense! ¡Pónganse contentos! Porque van a recibir un gran premio en el cielo.»

Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual  ® © Sociedades Bíblicas Unidas