Reflexiona:

«Nadie enciende una lámpara para taparla... Más bien, la pone en un lugar alto, para que alumbre a todos».

Piensa:

Cuando veo documentales sobre personas con trastorno de acumulación compulsiva, que luchan para superar su problema, me llama mucho la atención como una de las cosas que más lamentan es el no poder aprovechar el espacio de sus casas, porque las han llenado de tantas cosas que muchas veces ya ni siquiera pueden vivir ahí. Y durante su proceso de recuperación van aprendiendo a sacar cosas, algunas son basura, otras son reciclables, algunas cosas las donan para que otros las aprovechen, y así van liberando espacio.

Y esto viene a mi mente al meditar el Evangelio de hoy, Jesús nos habla de que a lo largo de la vida se nos van dando cosas: talentos, información, conocimientos, bienes materiales. Pero si no somos capaces de compartirlo, de convertirlo en combustible para cosas productivas en favor de otros, entonces solo nos vamos saturando y llega el momento en que nos volvemos inútiles, porque no hay espacio para crear, para sonreír, para ser feliz.

 ¿Alguna vez te has puesto a pensar qué tan útiles son tus habilidades o conocimientos? ¿Cuánto provecho crees que le han dado a tu familia, amigos, comunidad? ¿Eres capaz de compartir con otros, de ayudar a otros, de pensar en los otros?

Todos somos como esa lámpara de la que habla el Evangelio, nos han dado el combustible para generar luz, pero ¿lo utilizamos para iluminar a otros? ¿O preferimos guardarlo para nosotros por miedo a que se nos consuma?

Hoy el Evangelio nos invita a dar a otros de lo bueno que hemos recibido, porque solo de ese modo tendremos espacio para mejores cosas.

Dialoga:

Señor Jesús, dame la gracia de saber seguir tus pasos y poder entregarme sin miedo al servicio de los demás, para ser una lámpara que ilumine y brinde calor a otros. Permíteme tener un espíritu dispuesto para saber desprenderme de lo que me das, para poder dejar espacio para las nuevas cosas que tienes preparadas para mi.

Concéntrate:

Repite varias veces durante el día: «Señor, que mi actitud positiva sea luz en la vida de otros»

Recalculando:

Te invitamos a que en este día reconozcas internamente una cualidad tuya. Hazlo de una manera humilde sabiendo que esta cualidad puede servir a los demás. Por ejemplo, puede ser tu habilidad para las matemáticas, o para la gimnasia, o bien para la administración de los bienes, o algún tipo de arte. Esta habilidad te invitamos a que puedas usarla con sencillez, sin sentirte superior a los demás, para apoyar a otros que tal vez estén un poco atrás. Estamos seguros de que puedes apoyar a alguien con esta habilidad tuya, y cuando lo hagas, descubrirás que en tu accionar vas configurando tu personalidad cristiana.

Texto del Evangelio de hoy: San Lucas 8:16-18

«Nadie enciende una lámpara para taparla con una olla, o para ponerla debajo de la cama. Más bien, la pone en un lugar alto, para que alumbre a todos los que entran en la casa. Porque todo lo que esté escondido se descubrirá, y todo lo que se mantenga en secreto llegará a conocerse.

»Por eso, presten mucha atención, porque a los que saben algo acerca de los secretos del reino se les contarán muchísimas cosas más. Pero a los que no saben nada de los secretos del reino, Dios les hará olvidar hasta lo que creen saber.»

Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual  ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.