Reflexiona:

«…deben estar siempre alerta, porque no saben ni el día ni la hora en que yo volveré».

Piensa:

Se dice que los peces de granja y los salvajes tienen un sabor diferente debido a que los que crecen en el mar para mantenerse a salvo están en constante estrés y el movimiento constante hace que liberen ciertas enzimas que le dan un mejor sabor; así que para mejorar el sabor de sus peces algunas granjas acuícolas colocan depredadores pequeños dentro de sus estanques, de este modo los obligan a mantenerse en movimiento, como si estuvieran en el mar.

No se si sea verdad, pero siempre recuerdo esa anécdota al leer el pasaje de las vírgenes, hay ciertos momentos de nuestra vida en los que parece que todo marcha bien, alcanzamos ciertas metas, nos sentimos seguros y nos olvidamos de seguir atentos a los cambios, lo que la psicología llama: «la zona de confort»; y eso nos vuelve un poco apáticos y perezosos… nos cambia el sabor de la vida.

El problema es que la vida no es estática y mientras nosotros estamos ahí en nuestra burbuja las cosas siguen en movimiento y cuando menos nos demos cuenta, la realidad cambia y nosotros no hemos hecho nada para prepararnos ante eventualidades.

Ayer y hoy Jesús nos pide que no nos confiemos, que nos mantengamos alertas y que no esperemos que cuando surjan problemas alguien más los solucionará por nosotros, es necesario ser precavidos y aprovechar los bienes que él nos ha dado para salir triunfantes ante cualquier eventualidad, con su ayuda.

Así que no te conformes, si has logrado ciertas metas es momento de proponerte otras más altas, si espiritualmente te sientes bien, es momento de ayudar a otros, si no te sientes a gusto esfuérzate por mejorar. Nunca te detengas ni dejes de crecer.

Dialoga:

Señor Jesús, ayúdame a buscar siempre ser mejor, que la comodidad no me haga dejar de esforzarme. Te agradezco por las cosas que me has permitido lograr y te pido que me des la gracia de seguir perseverando para ser cada día una mejor persona y un mejor cristiano.

Concéntrate:

Repite varias veces durante el día: «Señor, que nunca deje de buscar ser mejor»

Recalculando:

No importa cuando buena parezca nuestra vida, siempre hay cosas que podemos mejorar. Identifica los aspectos de tu vida en los que puedes crecer para ser un mejor hijo, hermano, amigo, ciudadano. Y proponte trabajar para ir mejorando, haz un plan con metas cuantificables para medir tu avance y esfuérzate por cumplirlo.

Texto del Evangelio de hoy: San Mateo 25:1-13

«En el reino de Dios pasará lo mismo que sucedió en una boda. Cuando ya era de noche, diez muchachas tomaron sus lámparas de aceite y salieron a recibir al novio. Cinco de ellas eran descuidadas, y las otras cinco, responsables. Las cinco descuidadas no llevaron aceite suficiente, pero las cinco responsables llevaron aceite para llenar sus lámparas de nuevo.

»Como el novio tardó mucho en llegar, a las diez muchachas les dio sueño y se durmieron. Como a la media noche, se oyeron gritos: “¡Ya viene el novio, salgan a recibirlo!”

»Las muchachas se levantaron y comenzaron a preparar sus lámparas. Entonces las cinco muchachas descuidadas dijeron a las responsables: “Compartan con nosotras el aceite que ustedes traen, porque nuestras lámparas se están apagando”.

»Las cinco responsables contestaron: “No tenemos bastante aceite para darles también a ustedes. Es mejor que vayan a comprarlo.”

»Mientras las cinco muchachas descuidadas fueron a comprar aceite, llegó el novio. Entonces, las cinco muchachas responsables entraron con él a la fiesta de bodas, y la puerta se cerró. Cuando las cinco descuidadas volvieron, encontraron todo cerrado y gritaron: “¡Señor, Señor, ábranos la puerta!”

»Pero el novio les contestó: “No sé quiénes son ustedes. No las conozco.”

»Por eso ustedes, mis discípulos, deben estar siempre alerta, porque no saben ni el día ni la hora en que yo volveré».

Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual  ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.